El día del censo encuentra a EEUU paralizado por el virus
El Día del Censo, la fecha utilizada como referencia en Estados Unidos de dónde vive una persona para un conteo que se hace cada diez años, llegó el miércoles a una nación casi paralizada por la expansión del nuevo coronavirus. Sin embargo, los responsables del estudio prometieron que la tarea se habría completado para su plazo límite a final de año.
El brote viral ha obligado a la Oficina del Censo de Estados Unidos a suspender sus operaciones de campo durante un mes, de mediados de marzo a mediados de abril, una época en la que estaría contratando hasta a 500.000 trabajadores eventuales. La oficina también demoró el inicio de los conteos de personas sin hogar y residentes en espacios colectivos como residencias universitarias o de ancianos, además de retrasar, de finales de julio a mediados de agosto, el plazo límite para completar los recuentos.
Lo estatutos federales obligan a la oficina a enviar sus resultados al presidente antes de final de año. Los datos se utilizan para delimitar las circunscripciones electorales para el congreso y los comicios estatales. Algunos grupos sugirieron demorar esa fecha límite, que ahora está fijada en una ley federal.
“Estamos centrados en la fecha límite del 31 de diciembre para los conteos de circunscripciones y población. Seguiremos valorando todas nuestras operaciones para ver si hay que hacer cambios”, dijo el martes Michael Cook, responsable de la Oficina de Información Pública en la Oficina del Censo.
La labor de campo comenzó a finales de enero en poblaciones rurales indígenas de Alaska, pero el resto del país no pudo empezar a responder al cuestionario hasta la segunda semana de marzo, cuando entró en funcionamiento el sitio web de la Oficina del Censo y la gente recibió avisos por correo de que podían empezar a rellenar la encuesta ellos mismos.
Sin embargo, eso fue apenas una semana antes de que muchos gobernadores y alcaldes empezaran a ordenar a la que gente que se quedara en casa para frenar los contagios, un gran obstáculo para los sondeos en persona, reuniones y visitas puerta a puerta de activistas para concienciar a la gente sobre la importancia del censo.
La mayoría de los encuestadores no saldrá a la calle hasta finales de mayo para llamar a la puerta de los hogares donde aún no se ha respondido a las preguntas por internet, por teléfono o enviando por correo postal un cuestionario en papel. Hasta entonces, la oficina insta a la población a responder por internet para no tener gente llamando a su puerta a finales de primavera y en verano.
Para el lunes, más del 36% de los hogares había respondido.
El estudio ayudará a determinar cuántos escaños y votos del Colegio Electoral obtiene cada estado, así como la distribución de unos 1,5 billones de dólares en gasto federal.
Investigadores del Urban Institute temían que los cambios en alojamiento provocados por el coronavirus pudieran distorsionar los datos sobre dónde vivía la gente en el Día del Censo. Algunas personas se han ido de su vivienda habitual para instalarse con padres o familiares ancianos, huido a casas de vacaciones o han tenido que mudarse porque no podían pagar el alquiler tras perder su empleo durante la pandemia, señalaron.
Los expertos del Urban Institute dijeron que la Oficina del Censo necesita más tiempo para identificar las respuestas duplicadas y hacer recomendaciones sobre cómo debe responder la gente cuando la directriz tradicional de dónde vivías el 1 de abril no resulte clara. Pidieron que se aplazara la fecha límite del 31 de diciembre, lo que requeriría la aprobación del Congreso.
“No hay forma de generar conteos fiables para finales de diciembre”, afirmó Robert Santos, vicepresidente y responsable de metodología en el Urban Institute. “No es factible”.