¿Cambia la arquitectura del buscador de Google?
Sí, todo el tiempo. Google es una empresa que, por más que le pese a varios, ha logrado mantenerse en pináculo del negocio de las búsquedas y el negocio online por bastante tiempo, prácticamente desde los albores de la internet como la conocemos hoy. Si miramos el uso que se le daba a la internet hace, digamos, cinco años, sin dudas encontraremos que es muy diferente a lo que hacemos hoy con la red de redes. Los usuarios cambian, los grupos etarios y demográficos con acceso al internet se expanden, como así también el tiempo medio de uso del internet per cápita. Los hábitos y las costumbres también mutan, tanto como lo que buscan los usuarios en la red, sus búsquedas, y los sitios que visitan. Sin embargo, Google no para de crecer, y ocupar espacios en todos los nichos posibles de esta fascinante actividad. Desde el contenido móvil, hasta sus primeros intentos de fabricación de hardware, comenzando con un teléfono celular, el Nexus, disponible desde el cinco de enero, hasta la fabricación de una laptop propia. Videos, redes sociales, bookmarking, correo, todo parece caer bajo la égida del gigante de Mountain View. Pero lo que sigue siendo su espina dorsal, la llave de su éxito, su mayor respaldo es su buscador. Y eso parecería que no cambia.
Sin embargo, la elección de la palabra parecería no es al azar. Desde mediados del año pasado, Google ha estado ensayando una nueva arquitectura de búsquedas, Google Caffeine. Esto significa que, paulatinamente, Google irá cambiando la forma en que selecciona los resultados naturales, y en consecuencia cómo organiza su PageRank, y jerarquiza los sitios.
Por algún tiempo, Google puso a disposición de sus usuarios una Sandbox, siendo la traducción literal de este término Arenero, es decir un lugar para que los niños jueguen. La idea era probar esta nueva forma de presentar los resultados de las búsquedas, y recibir el feedback de los usuarios. La Sandbox ya no está en el aire, y Google ha anunciado en su blog corporativo que están listos para comenzar a aplicar este nuevo algoritmo, primero en un servidor, para luego ampliarlo a toda su red.
Antes de que quienes se dedican al SEO comiencen a tener un ataque de nervios, es necesario recomendar tomarse las cosas con calma. Si hasta ahora, el algoritmo que nos ha acompañado por tanto tiempo ha sido tratado como un oráculo, sin que muchos llegaran a comprender cabalmente el porqué del orden de los listados naturales, ahora, que todo cambiará, es lógico que se genere un cierto grado de inquietud.
Esperemos a ver cómo se desarrollan las cosas. El cambio ya ha comenzado, y según se ha aclarado, esta nueva arquitectura puede hacer que algunos sitios mejoren su posicionamiento, mientras que otros no saldrán tan favorecidos. Google promete mayor velocidad, resultados más acertados a lo que el usuario busca, y mayor comprensión no de entender, sino de comprender, abarcar- de los resultados. Será cuestión de ver qué pasa, y donde quedamos parados. En definitiva, estimo, que quien haga buen SEO, no tendrá nada de qué preocuparse.