La gerencia estataldesconocer la realidad es continuar en el subdesarrollo No sólo es problema de género
Pensar que el cuidado y el trabajo en el hogar es un asunto que compete sólo a las mujeres ha impedido que mejore su calidad de vida, dice el informe y plantea que el cuidado humano también es una responsabilidad de los hombres.[1]
Recientemente OIT y PNUD presentaron el primer informe sobre Trabajo y Familia en América Latina y el Caribe. El análisis de este informe permite entender que la intranquilidad con la que convive la mujer latinoamericana en su relación trabajo y familia, está repercutiendo grandemente en el desarrollo y productividad de los países. Esto no es nuevo. Teniendo en cuenta las condiciones con las que se ha venido levantando la mujer latinoamericana dentro de las culturas esclavistas y machistas de estos países; hoy el problema es relevante no sólo porque se está incrementando el índice de pobreza de estas naciones sino porque las grandes multinacionales y transnacionales ven afectados sus ingresos.
El informe aporta datos estadísticos y otros elementos así:
( )Un 53 por ciento de las mujeres de América Latina y el Caribe están incorporadas ahora al mercado de trabajo, una proporción que se empina hasta 70 por ciento al considerar a las mujeres entre 20 y 40 años, un avance que ha tenido efectos importantes en la generación de riqueza de los países, el bienestar de los hogares y la disminución de la pobreza.
Hoy las mujeres comparten con los hombres el tiempo de trabajo remunerado, pero no se ha generado un proceso de cambio similar en la redistribución de la carga de tareas domésticas. Tampoco se ha producido un aumento significativo en la provisión de servicios públicos en apoyo a estas tareas; ni se ha logrado reorganizar la vida social, agrega el informe.`[2] ( )
La Gerencia Estatal debe interpretar la realidad de las mujeres cabezas de familia y las que no lo son en apariencia, en cuanto su qué hacer integral, como un fenómeno que afecta el desarrollo del mismo país, es decir, al comprender que una mujer que tenga un empleo público o privado, ocupando un cargo de media responsabilidad, por ejemplo, deba concentrarse al cien por ciento en ello y a su vez que ella misma deba estar pendiente de su núcleo familiar, de la incidencia de la sociedad en sus hijos, de los faltantes para ellos, de quién, cómo los cuidan, de proveer no sólo necesidades físicas sino emocionales y morales, a parte de su relación de pareja que en la mayoría de los casos es conflictiva, implica que en su labor diaria todo este acontecer en su interior, afecte o vaya a afectar paulatinamente en el rendimiento laboral. Lo peor, es que todo esto, deja secuelas, que, tarde o temprano se van a evidenciar en su aspecto físico, biológico y mental.
El ejemplo que aquí se pone de manifiesto es sencillo y no tan delicado como el que la mayoría de las mujeres de los países latinoamericanos les toca vivir. Porque, qué se diría entonces de las mujeres con ingresos inferiores de cien dólares mensuales para sostener a sus hijos con alimentación, vivienda, salud, educación, etc.? Y de las que a causa de los conflictos armados y la violencia en general, tienen que desplazarse y luchar contra las violaciones, el rechazo y el olvido? Estas que logran conseguir trabajos donde tienen que sufrir maltratos no sólo psicológicos y físicos para poder obtener su sustento? ¿ cuál es la calidad de trabajo de las mismas?
Lo anterior no deja a un lado aquellas que ocupan cargos directivos y ejecutivos altos. Al contrario, si unas sufren por lo anterior, éstas tienen que abandonar literalmente la familia a fin de cumplir con la agenda gerencial y directiva a parte de arriesgarse a vivir sin una relación estable y duradera por su mismo trabajo. A estas super ejecutivas por sus rendimientos productivos, también les afecta y sufren de una u otra forma el vivir en un sistema con legislaciones pensadas más en resultados económicos que sociales y menos familiares. Este panorama debe tocar los gobiernos, las diferentes instituciones, la academia, las empresas, a los diferentes grupos políticos para que empiecen a comprender que esta realidad afecta y seguirá afectando el desarrollo de las naciones.
Ha sido evidente, si analizamos la historia desde el punto de vista jurídico, económico y social que todos los cambios en la evolución del ser humano se han suscitado en la medida que se ha ido cambiando la concepción de lo que implica ser Persona, individuo o ser humano. Así, en la época clásica romana, el esclavo era considerado cosa y no persona, la mujer era subyugada y considerada inferior. Posteriormente, con la revolución francesa, el hombre cambió su concepción y todo lo centró en un pensamiento más humanista y a considerar la dignidad, la libertad y la igualdad como principios inherentes al ser humano por lo que cada uno merecía respeto y debía ser considerado valioso. Hoy la concepción del ser humano implica mucho más que los conceptos anteriores. Es verlo como un capital en vez de un gasto. Es entendido como el gestor de cambios, creador e innovador de nuevos desafíos. Hoy hombre y mujer a la luz de las legislaciones internacionales gozan de un derecho de igualdad, libertad y autonomía. Sin embargo, en la realidad, aun se vive, y sobre todo en Latinoamérica, Asia y África entre otros una incomprensión de la mujer en todo su qué hacer. Se le valora sí sus capacidades intelectivas, productivas, psicológicas y demás pero se les desconoce su sensibilidad, dolor y responsabilidad que va más allá de lo que un hombre puede entender.
En ese estado de cosas, los gerentes de estas naciones, si quieren brillar por su desarrollo, obtener calificaciones internacionales triple A y pretenden ser incluidos dentro del nuevo orden global, planetario económico y ambiental, deben pensar en sus asociados como seres valiosos para ser y no para hacer. Su trascendencia implica un cambio de paradigma, que invita a la reflexión y a ajustar las agendas en cuanto a sus planes de desarrollo.
Glosario:
Gerencia Estatal: El Gobierno y administración del poder o rama Ejecutiva
Levantando: Término que indica salir del anonimato para influir en lo social, económico y político
qué hacer integral: La labor de la mujer incluye no sólo aspectos laborales, sino familiares sociales y personales tanto a nivel físico como emocional, médico y psicológico.
Es verlo como un capital en vez de un gasto: En el sistema contable y financiero de las empresas públicas y privadas latinoamericanas, el trabajo del empleado con su remuneración va ligado al estado de Pérdidas y Ganancias como un gasto. Por el contrario, las máquinas, equipos, herramientas y muebles y enseres, son tenidos en cuenta dentro los Estados Financieros, específicamente en el Balance General de cada período como Activos. Esta concepción también va ligada al trato, abuso, explotación y esclavitud, la cual supuestamente está eliminada de todos los países.
[1] Fuente: OIT- Organización Internacional del Trabajo: Trabajo y Familia. Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social
[2] http://www.mujeresdeempresa.com/blog/?p=587 – Las Tensiones Entre Trabajo y Familia Generan un Alto Costo para las Mujeres de América Latina September 3, 2009
Muy elaborados antecedentes, pero yo me inclinaria a la luz de la experiencia de la Administración Estatal, del Gobierno Peruano ,sobre la que conlcuyo que es muy subdesarrollada y erronea al no legislar en favor de las igualdades en los Derechos y oportunidades laborales para las mujeres y en 2do lugar, el tema sigue siendo el mismo, ni las mujeres que ocupan Puestos de Gerencia en la Administración Pública garantizan la Idoneidad para el cargo especialmente en Honradez y Transparencia, en ese caso estan sujetas a la misma lacra: «La corrupción». Ilusos los que pensabamos que la diferencia del genero era real.