El Empresario Pluricultural Del Siglo XXI
Si algo ha traído la globalización a los países latinoamericanos es el cambio de paradigmas en la concepción de cultura y desarrollo. Aunque se quiera o no, los habitantes de estos países deben mirar el mundo con otros ojos para proyectarse a sí mismos como a su comunidad hacia el logro de una real integración global.
Hoy es indispensable tener en cuenta la diversidad, pero, primero, la propia, es decir, aceptar dentro de cada país que cada uno de las personas que conforman cada nación, es único, valioso e importante y con este concepto interiorizado, vivencialmente práctico y real, pasar a aceptar al extranjero de tal forma que el pensamiento propio, el desarrollo autóctono y la solución a los problemas que a diario acontecen, sean tan efectivos e importantes como los que los países mucho más industrializados tratan de que importemos.
En este sentido, el de la aceptación de las diferencias propias de cada región, se evitará el suicidio cultural y con ello la pérdida de identidad. Sin identidad, cómo podrán producir las industrias, cómo habrá innovación, desarrollo de creatividad innata de cada región y por lo tanto desarrollo, crecimiento y permanencia en el mercado? Es imperativo, entonces, que se tomen estrategias proteccionistas que surjan en acuerdo con los gobiernos que sensibilicen a volver la mirada hacia sí mismos que descubran y opten por mostrar para el bien común, las competencias, habilidades y talentos de cada uno posee.
No se trata de elaborar nuevas teorías sino que a partir de la realidad que cada nación vive, se genere una educación pluricultural, esto es teniendo en cuenta los conocimientos y prácticas de otras culturas a fin de vivir perfectamente en armonía en comunidad pero con proyección mundial.
Para lograr este equilibrio, el educador ya no es el que transmite un conocimiento que actualice en principios ajenos sino que, por el contrario, el educador/formador, mediante nuevas metodologías, forme en valores como el de la responsabilidad hacia sí mismo, su entorno y medio ambiente de tal forma que la ética individualista quede superada por una ética razonable con la realidad de cada nación.
Los cambios vertiginosos de tecnología y comunicación resultan ser oportunidades para todos los países latinoamericanos si esto significa adelanto, crecimiento y progreso. Sin embargo, también puede convertirse en amenazas si se permite que desdibuje la identidad propia de cada región, que elimine el respeto y la responsabilidad de cada uno por su cultura y a su vez contribuya a la separación aun entre culturas limítrofes a cada nación. Divide y reinarás afirmaba Maquiavelo en su famoso libro El Príncipe. Al haber división no podrá haber integración dentro de cada nación y menos fuera de ella.
De ahí que la tarea fundamental de cada educador /formador es aprender primero y antes que nada a escuchar esa vocecita interna, que, unida al conocimiento, libre de prejuicios y objetiva le conducirá a formar realmente grandes seres humanos. Donde la mentira, el robo y la lucha por el interés particular quede atrás, en la historia, como un recuerdo de un proceso por el cual el ser humano latinoamericano aprendió a pasar para ser mejor, para actuar acorde a la realidad, al conocimiento y gracias a su inteligencia emocional y espiritual.
Es tarea pues del Director, empresario, presidente, jefe, etc., ser el líder no sólo de sí mismo sino el que encamine a sus subalternos a ser mejores dignificando mucho más la entidad, institución o empresa donde se encuentre y por ende el país donde pretende crear valor.