Criptomonedas, ciberseguridad y comercio, en la agenda del G-20
«Hace dos años estábamos en «default» (suspensión de pagos) y hoy presidimos el G-20″. Las palabras del ministro de Finanzas argentino, Nicolás Dujovne, ilustran el lado del escenario más positivo de Argentina, sede a fin de año de la cumbre del G-20 y actual anfitriona de la primera reunión de ministros de Economía y presidentes de bancos centrales en Buenos Aires.
Imaginar y trazar los caminos por los que discurrirá la economía global es el eje de estas reuniones. Bajo ese paraguas se analizará, entre otros asuntos, qué hacer con las criptomonedas, cómo garantizar la seguridad cibernética o de qué modo ajustar la arquitectura financiera internacional. Los desafíos se suceden en busca de un encaje del sistema impositivo global y de unas reglas fijas para los países que caen en suspensión de pagos, estado que Argentina tiene demasiado reciente en la memoria.
Todo esto -y más- se pondrá sobre la mesa en estas 48 horas maratonianas de reunión con los representantes de los países con mayor peso en el planeta. El ministro de Economía, Román Escolano, acude en representación de España como país invitado con carácter permanente.
En pleno desafío de Estados Unidos, con su renovado afán proteccionista al incrementar aranceles a las importaciones (las últimas víctimas son el acero y al aluminio), el G-20 busca encontrar espacios de consenso y tratar de evitar que las amenazas de Donald de Trump se concreten y desaten pulsos y retrocesos innecesarios entre los principales bloques y países emergentes. En simultáneo, las pretensiones de la Unión Europea de grabar la economía digital genera incertidumbre y convierte en problema lo que algunos ven como solución.
Jim Yong Kim, titular del Banco Mundial; Mario Draghi, al frente del BCE; Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EE.UU.; y Christine Lagarde, directora gerente del FMI, intervienen en las negociaciones con 22 ministros de Finanzas, 17 presidentes de bancos centrales y una decena de representantes de organizaciones internacionales.
Christine Lagarde, en declaraciones al diario «La Nación», le dio un espaldarazo a la gestión de Mauricio Macri. «Sus dos años de Gobierno han sido asombrosos», confió. Las relaciones de Argentina y el FMI fueron turbulentas a principios de 2000 y en la última década (etapa kirchnerista), prácticamente, permanecieron congeladas. La imagen del Fondo en este país estuvo tan devaluada como la propia moneda. Mejorar su reputación es otro de los retos implícitos de Lagard.
Macri, firme defensor del libre mercado, pese al «gradualismo» con el que está abriendo las puertas a las importaciones, está decidido a recuperar la confianza del FMI y del resto del mundo. El G-20 es una buena ocasión para intentarlo. Aunque, en rigor, el papel del anfitrión sea el de establecer la agenda y facilitar los consensos. El ministro Dujovne y Angel Gurría, secretario general de la OCDE, explicarán esta tarde/noche los avances alcanzados en las reuniones de hoy…