Airbus despega en Estados Unidos
El grupo Airbus, la compañía europea que nació para competir en el sector de la ingeniería aeronáutica, ha alcanzado un hito 16 años después de consolidarse como grupo: completar su expansión mundial con una presencia estable en Estados Unidos. Cuando el pasado marzo echó a volar el primer aparato ensamblado en la planta de Mobile (Alabama), un A321 encargado por la aerolínea norteamericana JetBlue, el grupo europeo consumaba el paso final de un proceso arduo que convierte a Airbus en la primera compañía del sector que fabrica y monta aviones en todo el mundo. Su creciente incremento de la producción en Estados Unidos, que el grupo espera que llegue a ser del 40% este mismo año y del 50% en 2018, cuenta hoy con 1.900 encargos de compañías con presencia en Norteamérica (entre ellas las también norteamericanas American Airlines, Delta y United), que se sumarán a los 1.300 aviones que ya operan hoy en el mercado.
Al A321 recién entregado, el más largo de la familia de los A320 (de un solo pasillo), Airbus espera ir añadiendo aparatos de este último modelo hasta llegar el año próximo a una media de entregas de cuatro al mes. El director ejecutivo de la compañía en Estados Unidos, John Leahy, calificó la primera factura de Airbus en Mobile de «testamento bien ejecutado», aunque no ocultó algunos retos importantes que quedan por delante. Entre ellos, la reducción de costes en el suministro de los proveedores, que la compañía confía en ir materializando a medida que vaya acercándolos a la planta de ensamblaje. Leahy aseguró que «el reto es conformar una cadena de suministro propia».
A diferencia de su gran competidora, la estadounidense Boeing, líder indiscutible hasta ahora en su país pero que sólo está presente en Estados Unidos, Airbus cuenta con cuatro plantas para el ensamblaje de piezas repartidas por tres continentes: además de la de Mobile, las primeras en las que se estableció el grupo desde su nacimiento, Tolouse (Francia) y Hamburgo (Alemania), así como la de Tianjin (China). Son las grandes factorías que centralizan y montan piezas, pero el peculiar origen de Airbus, cuyo precedente hay que encontrarlo cuando en los años 70 los Gobiernos francés y alemán dan los primeros pasos en el sector aeroespacial (a los que después se sumaron británicos y españoles), hace que los cuatro países cuenten en su territorio con otras fábricas de piezas más pequeñas, cada una de ellas especializada en unas partes concretas del aparato (en España son Sevilla y Getafe). Una vez listas en cada centro, son enviadas en un avión especial, diseñado para ello, a las grandes centrales de montaje, desde donde se distribuyen a la planta final. En el caso de Mobile (Alabama), la aeronave «bautizada» el pasado lunes, que lleva impreso el nombre de la ciudad portuaria estadounidense, ha recibido también piezas procedentes de los cuatro países.
Nuevos aparatos
La planta de Airbus en Mobile, que el pasado lunes recibió también la visita de las primeras autoridades de Alabama, entre ellas su gobernador, Robert J. Bentley, procede en la actualidad al montaje de otros nueve aparatos, y tiene previsto el próximo año la entrega de aviones a un ritmo de cuatro al mes. Con una extensión de 215.000 metros cuadrados, la instalación llamada a consolidarse en Estados Unidos se puso en marcha en 2012, gracias a una inversión de más de 600 millones de dólares a cargo del grupo, pero también a la ayuda económica y política que aportó el estado sureño. A cambio de esta subvención, las autoridades de Alabama exigieron que 300 de los mil empleados fueran veteranos de guerra, la mayoría relacionados con el mundo de la ingeniería aeronáutica o naval.
Airbus, en Mobile, tiene previsto la entrega de cuatro aviones al mes el próximo año
Considerado el noveno puerto en importancia en Estados Unidos, la ciudad de Mobile ha vivido las últimas décadas de la pujanza del sector naval, y particularmente de la construcción de barcos de guerra. Los últimos años de reducción del gasto militar por parte de la Administración Obama han afectado directamente a la economía de la ciudad, de casi 200.000 habitantes. Del resto de trabajadores de la planta de Airbus, la mayoría de los 200 ingenieros proceden de Francia y Alemania, junto con un puñado de españoles que han pasado también su proceso de formación en otras factorías españolas y europeas.
El Grupo Airbus, que da empleo directamente a 55.000 personas, fue finalmente resultado de la fusión de las compañías públicas aeroespaciales alemana, francesa y española (CASA) en 2010. Hoy, la participación de Airbus es de mayoría privada, pequeños inversores que cotizan en Bolsa, con sólo un 25% en manos de los Estados de los tres países. España mantiene todavía un 4,2%, en manos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
La aventura americana de Ester y Juan
Ester y Juan tienen mucho en común. Ambos son ingenieros españoles, van a formar durante dos años a empleados norteamericanos en la planta de Mobile (Alabama) y comparten pasión por su trabajo. También coinciden en el orgullo de haber ensamblado el primer avión de la factoría estadounidense, junto con un millar de compañeros, de los que dos centenares son ingenieros, la mayoría franceses y alemanes.
La madrileña de 40 años Ester Baños, ingeniera industrial por la Carlos III, supervisa los contratos de entrega y los pagos de las piezas que vienen de Europa. Empezó en Getafe y pasó por Hamburgo. Está casada con otro español que trabaja también aquí y con el que tiene un hijo. Esther no oculta su emoción cuando explica a ABC que «es increíble haber conseguido montar el primer avión de Airbus en Estados Unidos, donde la compañía no tenía nada». Y cree que el grupo en el que lleva 14 años tiene «un gran futuro», al ser el único con presencia mundial.
Después de pasar por Getafe y Toulouse, para el también ingeniero industrial Juan Diego Mata, de 34 años, que estudió en ICAI, la experiencia americana es «muy interesante», aunque reconoce que en Estados Unidos la vida es «totalmente diferente de Europa»…