Cómo defenderse de siete tipos de jefes tóxicos
Independiente de sus métodos, los malos jefes causan daños innegables en sus empresas y funcionarios, porque dificultan el resultado y generan estrés.
De acuerdo con el artículo escrito por Travis Bradberry para Forbes, existen varios estudios que revelan que trabajar con un mal jefe aumenta las probabilidades de padecer un ataque al corazón en un 50%.
Y aún peores son las cifras de malos jefes. Según la encuesta realizada por Gallup, 60% de los funcionarios públicos de EE.UU. son infelices por causa de jefes tóxicos.
A continuación, siete tipos de jefes tóxicos y cómo se debe trabajar con ellos.
1. El amigo inapropiado: Es un jefe amigable, que suele invitar a los trabajadores a actividades fuera de la oficina. Utiliza ese tipo de influencia para hacer amigos a costa de su trabajo. Suele tener empleados favoritos, lo que genera roces entre el equipo. No logra tomar decisiones difíciles sin involucrar a los trabajadores ni despedirlos cuando debe hacerlo. Así que su escritorio muy pronto se convierte en una especie de escenario al estilo de la serie The Office.
Cómo neutralizarlo: Lo más importante es aprender a establecer límites. No permita que la posición de ese jefe lo intimide. Por ejemplo, puede ser amable con su jefe, pero no temer decirle que no cuando lo invite a un happy our. Esto no significa que tenga que establecer barreras innecesarias que lo hagan ver como una persona poco amigable. Haga que su jefe lo vea como alguien importante.
2. El microgerente. Este es el jefe que lo hace sentir como si estuviera bajo vigilancia constante. Este tipo de jefe presta mucha atención a los pequeños detalles, y su presencia constante hace que los empleados se sienten desanimados, frustrados e incluso incómodos.
Cómo neutralizarlo: Un microgerente se siente atraído por los que consiguen trabajar como ellos quieren. El reto es entender cuál es esa manera. Para esto, intente hacer preguntas específicas sobre el proyecto, mantener la comunicación y generar retroalimentación.
Obviamente esto no siempre funcionará, porque algunos microgerentes nunca pararán de tener puntos para analizar y «microgerenciar». Si así fuera, usted debe aprender a obtener un sentido de satisfacción dentro de sí mismo.
3. El tirano. El tirano recurre a tácticas maquiavélicas y constantemente toma decisiones que alimentan su ego. Este jefe no confía en sus empleados y los clasifica en su mente para luego tratarlos en consecuencia. Así que para él quienes lo apoyan se ganan su respeto, mientras que quienes lo cuestionan terminan siendo caralogados como rebeldes.
Cómo neutralizarlos. Aunque es un poco triste, la recomendación es presentarle ideas de forma que el jefe tirano pueda tomar algún crédito. Para sobrevivir a esta persona, usted debe elegir sabiamente sus batallas.
4. El incompetente. Es el jefe que fue promovido rápidamente y la posición le quedó muy grande, por lo que está fuera de sus capacidades. Lo más probable es que sea del todo incopetente, pero tiene a su cargo gente que tiene más experiencia y habilidades.
Cómo neutralizarlo. Puede que se sienta frustrado con este jefe, porque siente que tiene la experiencia que a éste le falta. Debe guardarse su orgullo y compartir sus conocimientos. Esto puede convertirlo en su aliado.
5. El robot. En la mente de este jefe, usted es el número 72, con una tasa de productividad de 84% y con nivel de epxeriencia de 91%. Es una persona que suele basar sus decisiones en cifras, así que uando es forzado a llefar a ellas sin estos datos, este jefe se «autodestruye».
Cómo neutralizalo. Para tener éxito con este jefe, usted necesita hablar su lenguaje. Cuando usted tiene una idea, asegúrese de que tiene los datos que lo respalden. Una vez que ha logrado esto, puede comenzar a tratar de empujarlo fuera de su zona de confort antisocial. El truco es encontrar maneras de conectar con él directamente, sin ser agresivo o grosero. Programar reuniones cara a cara y responder a algunos de sus correos electrónicos. Lo que le obligó a conectar con usted como persona, lo hará más que un número, le pondré una cara a su nombre.
6. El visionario. Centrado principalmente en ideas e innovaciones, su punto débil es planificar planes y soluciones, donde debe enfocarse en una tarea en cuestión. Porque cuando llega el momento de ejecutar la visión, este jefe se encuentra pensando en la próxima idea, lo que lo deja a usted con la responsabilidad de descubir solo cómo ejecutar lo que fue planificado.
Cómo neutralizalo. Usted debe invertir su línea de raciocinio. Este jefe naturalmente adopta una perspectiva amplia, entonces usted debe ser rápido en canalizar las ideas y fragmentarlas en tareas más pequeñas y más prácticas. Para esto usted deve hacerse varias preguntas específicas, que oblogarán a que su jefe se enfoque racionalmente en el asunto y considere los posibles obstáculos para ejecutar la idea.
7. El gaviota. Estos jefes interactúan con sus empleados sólo cuando hay un incendio que apagar. Incluso entonces, se mueven tan rápido -y dedican tan poco tiempo y atención- que se vuelve todavía peor…