Cuáles son las profesiones del futuro

Se imagina poder llegar a una tienda y preguntar: buenas tardes. ¿Tiene brazos derechos para la venta?, o decirle al dependiente: ¿me vende un ojo izquierdo, tamaño mediano?

La escena no está lejos de hacerse realidad. Como también podría llegar usted donde el médico y decirle: doctor, ¿me podría implantar, por favor, un chip de tres gigas de memoria? y salir de allí sintiéndose más inteligente que los demás. Y no se sorprenda si uno de sus nietos anuncia por una de las redes ciberespaciales que “se reparan naves espaciales”, o que a otro le dé por estudiar para convertirse en guía turístico de Marte.

Todos estos escenarios no son irreales. Son más posibles de lo que nos imaginamos y pueden ocurrir antes del año 2030. Así lo plantea el estudio “Los trabajos que nos esperan”, uno de los más serios que se hayan hecho en el mundo, encargado por el Gobierno británico a la firma Fast Future, publicado en el 2010 y avalado por 486 miembros de la Asociación de profesionales futuristas, que tiene 20.000 afiliados en todo el mundo, uno de ellos en Colombia.

Si nos ponemos a mirar cuáles son las profesiones del futuro, el estudio menciona más de 100, entre las que se destaca, precisamente, la de fabricante de partes del cuerpo y se agregan otras, como la de una especie de constructor de bebés, que mejoraría la composición genética del niño por nacer; especialistas en identificación biométrica (se podrían reconocer personas a través del ojo, sin que tengan que pegarse al escáner, sino cuando pasan por edificios o aeropuertos); proveedores de longevidad; chefs, nutricionistas y desarrolladores de comida a partir de los insectos; petrólogos experimentales, que investigarían los meteoritos, para ver si podemos vivir en Marte; negociadores de agua (el recurso del siglo XXI y que será como el negocio del petróleo de hoy); negociadores de energía solar; controladores de interface entre humanos y máquinas (porque en el futuro una persona podría ‘conectarse’ a la máquina y compartir la información); especialistas en leer la mente; o diseñadores inteligentes de ropa (que para el futuro podrá cambiar de color según el estado de ánimo de la persona o las condiciones de clima y de luz).

Muchas de estas profesiones las prevé el estudio para antes del 2030. Es decir, dentro de 19 años, lo que quiere decir que el futuro ya nos está atropellando y que quien no se despierte ahora, seguramente lo deje el tren.

Cambios irreversibles

Y es que lo que necesita la sociedad en estos momentos es “cambiar el chip”, según considera Lilia Beatriz Sánchez, presidenta de la Asociación Colombiana de Economistas y conferencista sobre el ejercicio de las profesiones en el futuro.

En diálogo con PODER, Sánchez asegura que ya entramos en la sociedad del conocimiento y que el cambio ideológico es irreversible.

Explica que más que decir si el futuro está en una u otra carrera, lo que se tiene que saber es que hay nuevas competencias y nuevas habilidades que debe poseer quien desee triunfar en el mundo por venir. Una de esas habilidades, por ejemplo, es precisamente la de “cambiar el chip” en nuestras mentes y contar con un nuevo pensamiento estratégico.

“La primera plataforma del pensamiento es la entrada en vigencia de la sociedad del conocimiento”, dice la experta y explica que habrá un cambio sociológico en las formas de aprendizaje, en la enseñanza, y que los nuevos estudiantes deberán desarrollar las nuevas competencias y habilidades.

Una competencia que ya es obligatoria y que hasta da pena mencionarla, porque es tan lógica, es el aprendizaje del manejo de computadores. La debe tener igual un ingeniero que un periodista o un programador.

Lilia Beatriz Sánchez imagina la sociedad del 2030 como tecnificada, mucho más espiritual e intelectual. Afirma que esa sociedad entenderá mucho mejor su función como ser humano y por ello luchará por la dignidad y por los derechos humanos; será más contestataria y consciente de su relación con el universo.

Por eso podría ser que el estudio británico menciona entre los principales trabajos del futuro el de especialista en bienestar de la tercera edad, un profesional que deberá garantizar la dignidad de hombres y mujeres en sus últimos años.

También cita el de experto en ética científica (para el 2015), que se encargará de vigilar y regular la investigación para que no haya un mal uso de los descubrimientos; el de los trabajadores sociales especializados en tratar a los individuos afectados por la marginalización producida por las redes sociales; y los terapistas sociales y culturales, que ayudarán a las personas a vivir más felices. Todo en la tónica de la relación del ser humano con el universo y con su entorno.

El médico Rodrigo Córdoba, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, ve el futuro con un mundo orientado a los desarrollos tecnológicos y a los asuntos financieros, pero asevera que por más que se lleguen a tener los mejores robots, jamás se podrá reemplazar al hombre.

Imagina el “hombre nuclear”, tal como se le conoció en la serie de televisión. Señala que habrá páncreas sintéticos, corazones tecnológicos, que serán producto de la investigación, pero que el cerebro será el gran reto y el más difícil de hacer realidad.

Así las cosas, la ingeniería biomédica tendrá un gran desarrollo y la clonación hará que los seres humanos puedan ser “más programados”.

Córdoba dice que en el futuro habrá aparatos más microscópicos para poder ver hasta el interior de una célula y que habrá posibilidades de tratamientos y medicamentos con un código genético, que serán hechos solo para una persona.

Desde el punto de vista de su especialidad, que es la siquiatría, sostiene que la del 2030 será una sociedad más impersonal, más distante y llevará más a enfermedades comunes, como la depresión, el abuso del alcohol y las drogas, el trastorno bipolar y los desórdenes de ansiedad, e insiste en que podrá haber corazones artificiales, pero que la mente del hombre, su cerebro, es una puerta que se demorará mucho más tiempo en abrir.

También destaca otras que contiene el estudio, como la de fabricante de partes del cuerpo (que estaría ejerciendo en el 2030), la del nanomédico y la del cirujano de aumento de la memoria, que podría ser una realidad dentro de 19 años.
Por supuesto, todas las profesiones cambiarán y de una manera vertiginosa, por lo que ahora ya no es posible decir que, por ejemplo, la carrera del futuro será la ingeniería, la contaduría o el derecho, pues el profesional del futuro tendrá que ser multidisciplinario. Habrá de estudiar, por ejemplo, ingeniería, biomedicina y biotecnología para la creación de partes del cuerpo, o biotecnología, ingeniería robótica, biomedicina y medicina para convertirse en nanomédico.
Y si estamos hablando del año 2030, esto quiere decir que el “chip” hay que modificarlo ya.

¿Piloto de dirigible o especialista en teletransportación?

Otras profesiones que menciona el estudio británico son: ingeniero de vehículos alternativos: como los eléctricos, por ejemplo.