Vuelve el miedo a una recesión en EE UU: se invierte la curva de tipos
Los nuevos contagios por coronavirus fuera de China y los malos datos macroeconómicos dados a conocer hoy avivan la búsqueda de refugio entre los inversores. Si la semana pasada los datos de Bank of America apuntaban a un entrada récord de flujos en los fondos de deuda (28.000 millones a cierre del 12 de febrero), hoy la curva de tipos de EE UU ha vuelto a invertirse. Es decir, los plazos cortos pagan más que los largos, un síntoma que en la teoría e historia económica ha sido interpretado como una señal de desaceleración.
En los primeros minutos de negociación y coincidiendo con unos datos de PMI que reavivan los temores de contracción, los inversores han aprovechado para tomar posiciones en la deuda estadounidense hasta el punto de que las letras a tres meses pagan más que los bonos a diez años. La rentabilidad de la deuda a corto plazo se sitúa en el 1,59% mientras que los rendimientos de los títulos con vencimiento en 2030 bajan hasta el 1,46%. Esto coincide además con una jornada en la que la deuda a 30 año está marcando mínimos histórico (1,89%).
La inversión de la curva de tipos (los plazos más cortos pagan más que los plazos largos) ha precedido a las siete recesiones pasadas, la última de ellas la vivida en 2008. Pero que lo ocurrido hoy sea la antesala de una nueva recesión es un cuestión difícil de calibrar y más después del protagonismo que han cobrado los bancos centrales en los últimos años. Estas instituciones han puesto en marcha todo tipo de medidas tanto convencionales (rebajas) como no convencionales (compra de deuda y fuertes inyecciones de liquidez) con las que han alterado el mercado de deuda. Su influencia es tal que pese a los síntomas de desaceleración, los rendimientos de la deuda no lo reflejan.
Ante este escenario los expertos piden calma y no anticiparse. Si bien es cierto que en muchas de las últimas recesiones la curva de tipos se invirtió 12 meses antes, también lo es que el actual escenario dista mucho de ser normal.