Transformación digital, teletrabajo e innovación, los desafíos de las empresas
La cuarentena irrumpió de golpe y modificó las prácticas cotidianas de las empresas. En el mundo y también en la Argentina. Para hacerle frente, las corporaciones se reinventan en varios aspectos y trabajan en acciones concretas destinadas a cuidar a sus empleados, su capital más valioso. El sector servicios fue el que más rápido reaccionó y por su músculo tecnológico, pasó velozmente a «modo teletrabajo». Pero casi todas las industrias tomaron medidas para retomar la actividad con mucha precaución: más turnos, con menor cantidad de personal, distanciamiento entre trabajadores, combis para el traslado, mascarillas, barbijos y control de temperatura en forma periódica, entre otras cosas.
Así las cosas, se impuso el teletrabajo masivo y los protocolos sanitarios se volvieron obligatorios. También, fueron muchas las empresas que directamente se focalizaron en llevar a cabo acciones destinadas a ayudar al máximo para enfrentar la crisis sanitaria, mediante la fabricación de productos que estaban lejos de su producción habitual, como barbijos, respiradores, alcohol sanitizante. Pero el desafío para el mundo corporativo es imaginar su operatoria para el día después de la pandemia. Y si las nuevas prácticas en la era del coronavirus serán parte de la nueva normalidad. «La mitad de los argentinos ya siente el hastío por la cuarentena y comienzan a tener conciencia de los efectos en su situación económica personal», indica una encuesta reciente elaborada por la consultora D´Alessio Irol/Berensztein.
Con respecto al teletrabajo, Eduardo D´Alessio sostuvo que el estudio reveló que el entusiasmo inicial se fue diluyendo con el correr de los días: «Las personas sienten que necesitan los contactos presenciales y compartir algunas horas con sus compañeros, subalternos y jefes». Sin embargo, aclaró que esto no implica un rechazo total a esa rutina. En rigor, el 43% de los consultados dijo que le gustaría continuar con el home office, pero sólo algunos días de la semana. «El teletrabajo es la punta de un iceberg. Puede sustituir una parte del trabajo, pero no su función social, que es la interacción humana», sostuvo el especialista.
El relevamiento resulta revelador. Para los encuestados, el teletrabajo tiene sus ventajas (el 46% dijo que se puede organizar mejor y un 28%, que puede terminar el trabajo antes) y también sus desventajas (un 48% sostuvo que le resulta difícil poner un horario para finalizar las tareas). Sobre la cantidad de horas laborales diarias, el 36% de los consultados dijo que está trabajando más que antes, un 29% igual y sólo el 26% reconoció que trabaja menos que cuando iba a su empresa.
Como se dijo, los sectores de servicios se adelantaron a las restricciones obligatorias para trabajar. Una semana antes de implementarse la cuarentena, Accenture, uno de los colosos de la consultoría y que en la Argentina tiene casi 100.000 empleados, dispuso que toda la plantilla trabaje a distancia. “Se ejecutó la decisión de urgencia y en 3 días toda la gente estaba en su casa”, recuerda Sergio Kaufman, el CEO de Accenture. No fue la única. Por esas acciones, la demanda de PC y laptops se disparó, lo que causó faltantes de stock y desabastecimiento de productos de las marcas más vendidas.
El fundador, CEO y chairman del grupo ASSA (una empresa de software), Roberto Wagmaister, señala que también se adelantaron con “la cuarentena” con su personal, pero que eso no les impidió ganar nuevos negocios. “A pesar de las restricciones, cerramos 3 contratos con empresas del exterior y todo se hizo en forma virtual”, dijo. Además, Accenture continuó reclutando personal (“a la fecha reclutamos 120 profesionales en modo virtual”, dice Kaufman). Fernández Llorente, del gigante del software alemán SAP, señala que en este período “ingresaron a la compañía alrededor de 50 nuevos empleados”, siempre por vía remota y sin entrevistas presenciales.
Otras industrias efectuaron acciones concretas para darle batalla a la pandemia. Quilmes, por caso, sustituyó una parte de su producción para fabricar alcohol sanitizante, uno de los productos más demandados al inicio de la crisis. Toyota comenzó a producir asistentes de respiradores y varias textiles, para usar parte de su capacidad ociosa, diseñan barbijos y delantales para usos médicos y hogareños. Por su parte, dos fabricantes de electrónicos y electrodomésticos, producen en sus plantas (Newsan en Tierra del Fuego y Liliana, en las afueras de Rosario) mascarillas faciales para uso profesional y doméstico.
El interior del país, muchas actividades van retomando la actividad, pero en la zona del AMBA las restricciones todavía son estrictas. Los comercios abarcan numerosos rubros y, como el resto de los sectores, afronta dos realidades: “Si no fuera por los barbijos, en el interior la actividad es prácticamente normal. Muchas provincias incluso habilitaron los shoppings y restoranes”, describe el titular de la Cámara Argentina de Comercio, Mario Grinman. En cuanto al área metropolitana, “la situación es más complicada”, agregó. Muchos comercios sumaron las opciones de delivery y take away para generar ingresos, lo mismo supermercados, almacenes y autoservicios, todo con el fin de evitar aglomeraciones y respetar el distanciamiento social obligatorio.
Con muchos cambios en el transporte
En forma creciente, el mundo empresario se adapta a las reglas cambiantes de la cuarentena. Pero siempre con precaución. Una de las principales medidas es evitar que los empleados usen el transporte público. Sea con combis particulares, para los que viven más lejos o impulsar el uso de autos, motos o bicicletas. McDonald’s, por caso, implementó la modalidad de delivery (hasta 4 cuadras del local) y les exige a sus empleados que no vayan con uniforme. En Tierra del Fuego, BGH implementó la rotación de turnos para minimizar la cantidad de empleados en un mismo horario y se les mide la temperatura al entrar y al salir. En las actividades consideradas esenciales, el uso del barbijo es la norma más extendida.