¿Sobrevivirá el sistema capitalista después del COVID-19?
Leí con gran interés el artículo escrito por Álvaro Garay: “¿Qué es el ‘valor compartido’ y por qué México debe adoptarlo?”, donde plasma por qué es importante que las empresas adopten nuevas prácticas de valor compartido,sobre todo en estos momentos, donde toma mayor relevancia el concepto por la situación adversa que trajo consigo el COVID-19.
Bajo este contexto, surge la premisa que pone a las empresas en una encrucijada, pues, no basta con tener la intención de implementar acciones de valor compartido a corto plazo para salir del paso pensando en el beneficio individual, esto debe ir más allá para tener un impacto real.
En 1972 el ecologista Garrett Hardin publicó su obra clásica, Tragedia de los Comunes, donde describecómo un grupo de ganaderos agotaron los recursos del prado del cual dependía el bienestar de todos. Cada ganadero solo veía una pequeña parte del costo de agotar el prado como resultado de traer más ganado a pastar, mientras se embolsaba el 100% del beneficio.
Hoy el sistema capitalista de mercado es nuestro prado común. Todos nos beneficiamos de sus bondades: suministra las necesidades de clientes, maneja la asignación de capital, incentiva la innovación y recompensa la toma de riesgos por los inversionistas. Como el prado de los ganaderos, el sistema de mercado capitalista es susceptible de agotarse si no lo cuidamos.
A pesar de las múltiples iniciativas para tener un capitalismo más consciente con valor compartido, no hemos avanzado mucho, de acuerdo con las cifras del Banco Mundial, indican que en parámetros críticos como las emisiones de gases de efecto invernadero y la desigualdad, el desempeño de EE. UU., México y Brasil ha empeorado. Ni el sector privado y el público están preparados para enfrentar los desafíos empresariales, sociales y ambientales del futuro.
Una pregunta sumamente difícil que enfrentamos hoy es: ¿qué hacemos cuando la legitimidad del propio sistema capitalista de mercado está amenazada y el gobierno no adopta su rol de representar el interés de la sociedad y establecer una cancha pareja? Si el sistema ha de sobrevivir después de la pandemia provocada por el COVID-19, requerimos reglas de juego que sirvan como muros de contención que regulen la legitimidad del capitalismo de mercado.
Bajo el nuevo contexto que estamos viviendo, podemos ver en la crisis una oportunidad para renovar nuestro propósito plural de servir a la sociedad. Anteriormente lo hemos logrado, y ejemplos hay varios, tal fue el terremoto en México de 1985 o el gran sismo que vivimos en el 2017.
Podemos evitar “el verdadero desastre,” la falta de atención a los problemas fundamentales que enfrenta México. Bajo esta línea sugiero tres vías para las organizaciones del sector privado:
Eliminar el greenwashing o lavado de imagen verde. Que las empresas que afirman que se adhieren a conceptos como el valor compartido, en realidad lo hagan de manera significativa y material.
Insistir en que las instituciones de gobierno funcionen como se debe. El rol del gobierno es establecer reglas que beneficien a toda la sociedad, no solo a sí mismo o a grupos empresariales favorecidos. Este compromiso incluye no cabildear al gobierno por tratos de favor para un grupo particular.
Establecer reglas de autogobierno del sector privado para su propia operación. Reglas de juego establecidas “de abajo hacia arriba” (bottom up) por miembros de la misma comunidad que se autogobierna (incluyendo a sus stakeholders); mecanismos confiables de monitoreo de cumplimiento con las reglas; autoridad reconocida con el poder de sancionar; sanciones graduales (al inicio menores, eventualmente mayores); y mecanismos de renovación y actualización de las reglas.
Reconozco que el concepto de imponerse y fiscalizar normativamente es ajeno a la cultura capitalista. Sin embargo, solo de esta forma lograremos que el valor compartido funcione y sobreviva, ya que cada día se convierte en algo más urgente.