¿Qué pasaría a nivel económico si se cayese (o hackeasen) todo internet? – deGerencia.com
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¿Qué pasaría a nivel económico si se cayese (o hackeasen) todo internet?

Seguro que la pregunta que origina este artículo es una pregunta que se han hecho ustedes mismos infinidad de veces, especialmente tras algún tipo de corte en su conexión a internet: ¿Qué ocurriría si un día se cae todo Internet? En este caso no se las podría arreglar ni apañándoselas con la conexión de Internet en su móvil.

Vamos a exponerles un análisis del impacto económico que este desastroso escenario supondría para la economía mundial, y para usted en particular. Y de paso, de forma didáctica y con ideas simples y asequibles a cualquier tipo de lector, les demostraremos cómo este desastre tecnológico es mucho más probable de lo que usted inocentemente supone. Es por ello por lo que les recomiendo encarecidamente que lean este artículo hasta el final: en el pastel de hoy la guinda viene en la última porción.

El impacto económico en cifras

Empecemos con el impacto económico, que resulta a primera vista el más directo y evidente. Para ello hay que ponerle cifras de negocio a Internet, negocio que obviamente se tornaría en pérdidas por cada día que Internet estuviese caído. Resulta obvio que parte de esas pérdidas, las correspondientes a los bienes de primera necesidad, se volverían ganancias para algunos comercios tradicionales o del brick-and-mortar, puesto que si usted necesita algo sí o sí, si no tiene internet, va a ir a comprarlo a una tienda física… al menos mientras haya existencias, puesto que el impacto de trasladar masivamente compras online a comercios físicos conllevaría seguramente graves problemas de aprovisionamiento en estos últimos por no poder afrontar una sobre-demanda tan repentina.

Sólo se puede calcular impacto en términos de B2C y B2B, pero se trata únicamente de la punta del iceberg

Estando en 2016, para evaluar correctamente un impacto que tendría lugar en el futuro, podemos tomar como base las proyecciones de mercado para 2020. Riesgo futuro medido con cifras futuras. Pueden leer en este informe cómo la proyección es que el mercado B2C (es decir, Business-To-Consumer, o las compras minoristas online) alcance en 2020 la cifra de negocio global de 3,2 billones de dólares. Pero no crean que el riesgo está ya acotado. El impacto ni mucho menos se queda aquí.

Este mercado B2C es el que a usted le viene a la mente en primer lugar al pensar en internet, porque es en el que interviene usted mismo como comprador. Pero detrás de su compra hay otro importante mercado que cada vez se vuelca más hacia su vertiente online, es el mercado B2B (Business-To-Business o mercado mayorista). Este mercado B2B también se vería suspendido ante un escenario de caída global de internet, y las consecuencias serían también un desabastecimiento de las tiendas online y… ¿No lo adivinan?, también de las tiendas físicas. Que usted compre en un comercio físico, no implica que dicho comercio físico no utilice internet para a su vez llenar sus estanterías, o que incluso sin ni siquiera saberlo sus dueños, todos los procesos involucrados en su aprovisionamiento en algún punto pasen por internet. Por ello, el impacto y el riesgo de desabastecimiento es mucho mayor que el que afecta tan sólo las tiendas online.

Sólo se puede realizar un cálculo de (muy) mínimos

Pero vayamos a un impacto de mínimos, porque hemos de tomar cifras ponderables, y es muy difícil evaluar en qué medida la pérdida de negocio B2B repercute a su vez en una pérdida de negocio B2C, bien sea online o del brick-and-mortar. En todo caso, las cifras van a ser igualmente reveladoras. La proyección es que el mercado B2B alcance en 2020 una cifra de negocio de más del doble que la del B2C, alrededor de 6,7 Billones de dólares. Tenemos pues que sumando el impacto de B2B más B2C, una caída de internet supondría en cifras de mínimos una pérdida de alrededor de 27.100 millones de dólares al día. Ahí es nada.

El grave impacto más allá de las cifras

En cualquier caso, como ya apuntábamos, estas cifras son meramente de mínimos. Simplemente hemos tenido en cuenta las ventas que se pierden en un primer análisis (somero debido a la imposibilidad de evaluar la gran escala de este escenario). Pero hay mucho más impacto económico que por desgracia ni siquiera es medible en cifras. Y ahí ya nos pasamos a la segunda faceta de un apagón de internet. Entramos en el terreno del impacto funcional. Puesto que es misión imposible ponerle cifras, dado que está compuesto mayormente por imponderables, además de que su alcance es generalizado, me limitaré a ponerles unos ejemplos que les harán entrever el caos resultante que, por supuesto, aunque no podamos medirlo a priori, tendría un impacto enorme en la actividad económica de la práctica totalidad de los países de este planeta.

El financiero, logística, industrial y servicios son sólo algunos de los sectores que se acabarían cuasi-paralizando

Un primer ejemplo de impacto funcional es que muchas transferencias de información entre empresas, o entre entidades financieras y empresas, o entre cualquier agente económico, van por internet. Con esos ficheros transferidos por ejemplo se factura. Si el fichero no llega, no hay fecha factura hasta que llegue (y muchas veces ni siquiera se puede ejecutar la transacción comercial propiamente dicha). Y esto ha de multiplicarse por la astronómica cantidad de transacciones comerciales u operaciones de pago, minoristas o mayoristas, que se realizan cada día y que en algún punto de la cadena, aunque sea de forma cifrada por seguridad, salen a internet (lo predominante casi al 100%). En los pocos casos en que no es así, incluso aun para las que su tráfico se enruta por redes privadas, éstas también requieren de cierta infraestructura del operador igualmente vulnerable según veremos al final. Vemos pues un impacto relevante en el sector financiero.

Otro impacto relevante afectaría a la movilidad y al sector del transporte, y los riesgos que se derivan de ello para la seguridad nacional de los países. La mayoría de los trámites aduaneros y la información previa de los pasajeros y mercancías que van a entrar a un país, se transmiten por internet incluso antes de que usted ponga un pie en su destino. Si esto se interrumpe, la cantidad ingente de trabajo extra que sobrevendría a los funcionarios de turno sería tan inasumible que no se podría llevar a cabo sin caer en graves fallos de seguridad que determinados grupos podrían empezar a explotar rápidamente. O eso, o se cierran las fronteras.

Todo el tejido económico y social acabaría prácticamente deteniéndose

Si a esto añadimos que usted no podría facturar por internet con antelación, ni correlacionar información en vuelos con conexión entre aerolíneas o billetes de transporte combinados, etc. Vamos viendo que el sector del transporte, con más relevancia si cabe en el caso internacional, acabaría en una cuasi-parálisis por sobre-carga de procedimientos manuales.

Transporte y finanzas gravemente tocadas en el aspecto funcional. Si la situación se prorrogase, acabarían paralizadas. Pero, ¿Qué más puede ocurrir? El nexo de unión del caos del sector del transporte al tejido productivo es la logística. Para las fábricas de hoy en día, es esencial la logística, tanto de aprovisionamiento, como de entrega del producto que producen. Cualquier operador logístico les podrá confirmar la gran importancia que tiene hoy en día para ellos la transmisión de información por internet para planificar la recepción de material, la distribución de producto, etc. Sin logística, producir sería otro caos. Aquí ya tenemos un impacto severo también en el sector industrial y, también por los mismos motivos, en el sector servicios.

Ponderando la probabilidad de un apagón de internet

Creo que ya se van haciendo ustedes una idea de hasta qué punto un apagón de internet supondría una agonía económica que, en el probable caso de que durase más allá de unos pocos días, se convertiría en una parálisis económica (y no sólo económica) generalizada, con todo lo que ello conlleva. Ya son ustedes plenamente conscientes de las consecuencias del riesgo. Ahora vayamos a la parte interesante de verdad: ponderar ese riesgo. Como les decía al principio, les va a sorprender la probabilidad de que un apagón de internet pueda llegar a ocurrir en nuestro mundo hiper-conectado…



  • Ver original en El Blog Salmon
  • Publicado el viernes abril 22, 2016


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