Más impuestos, más felicidad ¿O era al revés? – deGerencia.com
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Más impuestos, más felicidad ¿O era al revés?

Miles de jubilados suecos y finlandeses se han ido a vivir a Portugal para pagar menos impuestos.

Como diría Woody Allen, pagar pocos impuestos no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida que necesitas ser un especialista para notar la diferencia. Y para comprobarlo no hay más que darse un paseíto por Lisboa. En el año 2009 el Gobierno del socialista José Sócrates decidió poner en marcha un sistema fiscal cautivador para atraer rentas e inversión de particulares extranjeros, creando la figura del residente fiscal no habitual. A grandes rasgos el nuevo sistema, que fue abrazado después por el Gobierno de Passos Coelho y finalmente por el de Antonio Costa como si fuera suyo, ofrecía no pagar impuestos a las rentas provenientes de ingresos pasivos (pensiones) a ciudadanos originarios de países con los que Portugal tenía tratados de doble imposición y que, por tanto, les permitía acogerse al régimen fiscal portugués. Además, la reforma incluía una batería de medidas para atraer a profesionales e inversores. Medidas como un tipo único del 20% sobre ingresos en suelo luso para un buen número de actividades.

Personajes como Madonna o John Malkovich se han hecho asiduos consumidores de bacalao. A pesar de que el Estado luso se reserva el derecho de admisión, que se agiliza si el inversor compra propiedades en terreno portugués, el resultado es que, por esta vía, un gran número de profesionales de prestigio y miles de jubilados del centro y norte de Europa, fundamentalmente nórdicos y franceses, han conocido y se han enamorado de Portugal. Ahora es habitual ver a una pareja de abuelos finlandeses en una esquina de cualquier tasca humilde del barrio de Alfama intentando desentrañar los misterios del fado. La melancolía y el desasosiego que transmiten las canciones no hacen mella en los veteranos, que irradian felicidad. Estamos en marzo, no entiendo lo que dice la canción, pero si quieres deprimirte vete a Helsinki, vienen a decir. La experiencia fiscal está teniendo efectos notables sobre la economía, tanto por los activos como por los pasivos. Como están obligados a vivir en territorio portugués al menos 183 días su presencia tiene incidencia en el consumo y en la inversión. Muchos han adquirido viviendas en suelo portugués, lo que ha provocado además un incremento de los precios, que se hace muy patente en Lisboa y los alrededores. Y además las han rehabilitado, en muchos casos aplicando modelos de climatización nórdicos…



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  • Publicado el domingo marzo 17, 2019


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