Los objetivos extrafinancieros se cuelan en los consejos
A nadie se le escapa que la globalización está provocando cambios que en algunos casos ni siquiera somos capaces de percibir, pero algunos de ellos ya se han hecho patentes, como es el caso de la preocupación de los ciudadanos por la sostenibilidad del medio ambiente y las cuestiones relativas al buen gobierno de las empresas. Y no hay que perder de vista que muchos ciudadanos tienen también la condición de inversores, de ahí que en los órganos de gobierno de las empresas se hable, además de números, de las cuestiones extra financieras.
Un reciente informe elaborado por Georgeson para el Club de Excelencia en Sostenibilidad pone en negro sobre blanco los enormes deberes que tienen por delante las empresas españolas en estas materias, lo que contrasta con lo que están haciendo muchas empresas del norte de Europa desde hace años, donde la inversión éticamente responsble está prácticamente en su ADN. Y como muestra de que esto es así, valga el dato de que en 2016 tan sólo el 19,2% de los puestos de consejeros estaban ocupados por mujeres, cuando el objetivo para 2020 es que alcance el 30% en España.
Métricas no financieras
Entre las recomendaciones de Georgeson figuran la inclusión de criterios no financieros en los esquemas retributivos de los consejos de administración y alta dirección relacionados con el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza. En España el 82% de las compañías del Ibex-35 tienen incorporadas métricas no financieras en sus políticas de retribución varibale para los consejeros ejecutivos y de alta dirección. Por sectores esta práctica está más implantada en el energético, el industrial y el financiero, y las variables más comunes son las relativas al Gobierno Corporativo y la Sostenibilidad.
La mencionada diversidad de género es un asunto que preocupa a las empresas socialmente responsables, sobre todo después de que la Comisión Europea estableciera que en 2020 las mujeres tienen que estar en el 40% de los puestos no ejecutivos de los consejos de administración de las empresas cotizadas en Bolsa en Europa, excepto en las pymes.
En la misma línea de «deberes» para las empresas los expertos recomiendan que insistan en la realización de «road shows» no financieros, sobre todo en aras de conseguir atraer a inversores extranjeros, muy preocupados por los aspectos extra financieros.
En materia de fiscalidad, y dados los recientes escándalos de multinacionales, sobre todo norteamericanas, que practican una ingeniería fiscal muy agresiva por la que casi no pagan impuestos, el consejo es ser lo más transparente posible en esta materia, sobre todo para evitar el riesgo reputacional que puede conllevar para una empresa no pagar impuestos en los países donde obtiene el beneficio, y donde los ciudadanos que compran sus productos sí lo hacen.
Carlos Sáez, director de Georgeson Spain & Latam, cree que «el tema fiscal era objeto de preguntas por parte de muchos inversores desde hace dos años, en el sentido de que querían más transparencia de las empresas para que estuviera a dispocición de cualquiera la información sobre impuestos».
El mencionado informe señala que «las compañías españolas se han ido concienciando a lo largo de los últimos años de la importancia de incorporar los asuntos de índole no financiera en sus compromisos con los inversores institucionales pero no solo en gobierno corporativo, sino también en asuntos sociales, ambientales y de orden ético. El 40% de las empresas del Ibex-35 realizan presentaciones no financieras a los inversores».
Y, como no podía ser de otra manera, la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que impulsa Naciones Unidas está también por méritos propios en la hoja de ruta de las empresas cotizadas españolas. De este modo, diversos inversores han comenzado a desarrollar productos específicos vinculados a esta iniciativa, como por ejemplo, unos índices que vinculan el impacto de las compañías sobre dichos objetivos.
Cuatro buenas prácticas
El informe de Georgeson pone cuatro ejemplos de buenas prácticas empresariales. El primero es Enagás, que ha incorporado métricas no financieras en la política retributiva de los empleados. El segundo es Repsol, que se ha comprometido con los inversores socialmente responsables a hacerles presentaciones diferenciadas sobre los asuntos de su interés, con presencia incluso del consejero delegado, lo que da una idea de su implicación en este campo. El tercer ejemplo es Red Eléctrica, que ha puesto en marcha una especie de «operación verdad» en materia fiscal, por la que publica de manera periódica en su página web todos los aspectos relativos al pago de impuestos. El cuarto ejemplo es Endesa, que está especialmente comprometida en la lucha contra el cambio climático y de ahí su compromiso en tener cero emisiones contaminantes en 2050. Un ejemplo de que este tipo de compromisos sirven para aumentar el atractivo de los inversores es que en Endesa el 12,5% de su capital está en manos de inversores socialmente responsables…