Los 3 mitos de la creatividad empresarial
Quisiera deshilachar algunos mitos o ideas muy arraigadas. Para eso voy a tomar de punto de partida una experiencia personal. Estoy trabajando con un CEO de una muy importante empresa con más de mil puntos de venta de sus productos. Revisamos juntos (y de manera independiente del resto de la compañía) los supuestos sobre los que se apoya la empresa.
Sobre todos y cada uno de los supuestos mi trabajo consiste en desarrollar ideas que podrán complementar cada uno de ellos. No sería posible desarrollar esta iniciativa sin la apertura intelectual de quien conduce la empresa quien, a la vez, decidió embarcarse en una “idea riesgosa sin riesgos”. Claro: riesgosa porque nos encontramos con ideas rompedoras a cada paso. Sin riesgos porque es la empresa quien decide cuales siguen el camino de la implementación y cuales no.
Primer mito
Esta forma de trabajo rompe con las estructuras monolíticas de antaño. Es estar abiertos a una mirada nueva, descontaminada de las formas, rutinas y ortodoxias de la empresa. Es sembrar y germinar conceptos buscando la “semilla de oro”. Una mirada siempre complementaria, nunca sustitutiva per se. Hemos sembrado ideas de productos, de marketing, de comunicación, del punto de venta, de segmentación, de nuevos canales de comercialización.
Pero, lo fantástico de la creatividad es que no tiene límites hacia donde entrometerse. Al fin y al cabo, los límites de las ideas están limitados por los límites del cerebro y la imaginación.
Segundo mito
Generalmente muy enfocada en la publicidad, el marketing y la innovación tenemos que darle las alas para entrometerse en los vericuetos más inverósimiles.
Por ejemplo: las barreras de entrada. Pues bien, en algún punto la competencia se las ha ingeniado para desarrollar una fuerte barrera de entrada de uno de sus productos. Y decidimos dejar de hacer fuerza para correrla del lugar. Vamos a jugar en su mismo territorio, de una manera muy sutil, casi sin que puedan notarlo. Casi como una estrategia militar o deportiva. Al fin y al cabo no hay barrera de entrada tan alta que no pueda ser saltada ni tan extendida que no pueda ser rodeada. Una vez desobstruida el boca-oído hará el resto.
También encontramos (el plural no es casualidad; se trata de una construcción compartida) que el mercado es exponencialmente más grande al redefinirlo conceptualmente. Las oportunidades de comercialización del producto se multiplicaron varias veces.
Tercer mito
Los nuevos mercados siempre están esperando ser descubiertos, aunque no necesariamente para nuevos productos. Mientras la computadora estaba destinada a grandes corporaciones e instituciones gubernamentales Apple e IBM redefinían el mercado e introducían la PC personal a fines de los 70´ y principios de los 80´.
Resumiendo, casi como un concepto deBoniano en vez de hacer el pozo cada vez más hondo en el mismo lugar (lineal) vamos a hacer el pozo a unos metros de distancia (lateral). Es que, pensar empresarialmente de manera acartonadamente racional está muy lejos de los conceptos del genial Dan Ariely quien sustenta (adhiero con fervor) que los comportamientos de los consumidores son previsiblemente irracionales.
Fuertemente quiero dejar esta impronta hoy: no hay nada que no pueda ser revisado, no hay producto que no pueda ser canibalizado (desde lo intelectual al menos); puedes rendirle devoción al “producto estrella” de tu compañía, más bien, puedes tu mismo estar destronándolo a cada paso (secuencia iPod –> iPhone — > iPad —> ¿?…. ¿te suena?); la creatividad empresarial puede entrometerse por cualquier rendija, en cualquier procedimiento, en la tradición más arraigada.
La búsqueda de ideas rompedoras, por dentro y por fuera de la organización, tiene una gran ventaja. La empresa decide como, cuando y donde aplicarlas.