La reputación no es carrera de velocidad, es una maratón
El día dos en Cannes Lions empezó con un gurú de las redes. David Shing era un ejecutivo de cuentas, en saco y corbata, quien decidió que debía ser artista. Chao saco y corbata. “Busca la unicidad”, dijo en el marco de Cannes School. “Sé diferente, se único, eso te convertirá en memorable”.
Y de alguna manera ese llamado a la diferenciación fue la tónica del día dos en el Festival de la Creatividad en Cannes. Lo fue en la charla de la cabeza de innovación de Adobe -Chris Duffey- quien habló de le la creatividad cognitiva.
Lo fue para (Alfonso) Cuarón -Oscar por la película Roma- cuando comentó que las marcas toman prestado el equity de las causas para construir una mejor reputación; pero el consumidor nota cuando una marca intenta engañarlo. O para Steven Pinker cuando recordó que “la creatividad es humana”. Y para Ivy Ross -VP de diseño de Google- cuando citó a Jill Taylor: “… somos criaturas sentimentales que pensamos”.
Punto de orden. Esta carrera por la diferenciación no es un sprint de velocidad, sino una maratón. Donde la mejor forma de ser auténtico es siendo auténtico -como dijo el artista Big Sean-.
Piensen en esa obviedad: la mejor manera de ser auténtico es siendo auténtico.
Las marcas no deben tratar de copiar una cultura, deben ser la cultura.
Porque hoy los consumidores no creen que sus autoridades puedan resolver los problemas sociales -ni les creen ni confian en ellas- ; por tanto (los consumidores) invierten en exigir de sus marcas dos temas: Rendición de cuentas y Liderazgo.
La reputación de una marca, su impacto en la sociedad depende de la autenticidad y es una carrera de largo alcance. El nombre del juego es liderazgo, según SoulPancake (líderes en contenidos con impacto en redes sociales).
Esta perspectiva es interesante. No se trata de tener un propósito (tema de ayer en Cannes), ni de generar innovación per se. Se trata de entender que, las marcas, en el largo plazo, estén dispuestas a liderar un cambio. (I)