La pobreza en Argentina, una deuda estructural de la democracia
A partir del Rodrigazo (1975), bajo el gobierno el gobierno de Isabel Perón, hasta el 32% informado el jueves por el INDEC, la pobreza osciló entre un mínimo del 20% y un máximo de casi el 55% de la población urbana.
Los saltos se produjeron con cada crisis interna (1989-90) , la hiperinflación al final de la Presidencia de Raúl Alfonsín, que llevó a anticipar su mandato presidencial o con el derrumbe de la convertibilidad (2001-2002) que precipitó la caída de Fernando de la Rua. En el medio, coletazos de crisis externas, como la del Tequila (1995) o Lehman Brothers (2008) provocaron también aumentos de magnitud.
Los altos niveles de pobreza acumulan así más de cuatro décadas como consecuencia del bajo crecimiento de la economía, la disparada del dólar, mayores tasas de desempleo y caída de los ingresos de la población. Si se traza la tendencia de pobreza de todos esos años la línea es claramente ascendente. Con una característica: después de cada crisis, se produjo una disminución respecto del salto anterior para volver a aumentar apenas se insinuó una mayor inflación, devaluación del peso y/o recesión.
Con estos antecedentes el Presidente Mauricio Macri señaló dos años atrás: “Quiero ser evaluado como presidente por si fui capaz, o no, de reducir la pobreza”, prometiendo revertir la larga acumulación de pobreza.