La inmigración será clave para afrontar el envejecimiento de la población española
La demografía española se ha caracterizado históricamente por su progresiva expansión. En la década de los años noventa, la media de crecimiento anual se situó en el 0,4%, mientras que entre el periodo de 2000-2007 se registró un incremento medio hasta el 1,5% debido a los flujos migratorios.
En el primer semestre de 2012, la población española alcanzó récord histórico hasta llegar a 46.818.216 habitantes. A partir de ese momento, la población empezó a caer en los siguientes semestres hasta en el segundo semestre de 2015 la población española llegó a 46.410.149.
Desde esos niveles hemos visto como, en los últimos semestres, como la población española ha ido incrementándose progresivamente. En el primer semestre del año aumentó en 21.021 personas durante la primera mitad del año y se situó en 46.549.045 habitantes a 1 de julio de 2017.
Esta subida de la población se debe al saldo vegetativo negativo de 31.905 personas -diferencia entre los 186.783 nacimientos frente a las 218.688 defunciones-, ha sido compensado con un saldo migratorio positivo de 52.926 personas -diferencia entre 237.115 inmigraciones procedentes del extranjero frente a las 184.189 emigraciones con destino al extranjero-…