La bolsa de Nueva York se desploma en su peor caída desde 2011
La bolsa de Nueva York se hundieron ayer en una jornada histórica en lo negativo. En un momento de la jornada, el índice de referencia Dow Jones llegó a perder 1.597 puntos, la mayor pérdida de puntos de su historia. Al cierre de la sesión acabó cediendo 1.175 puntos, un 4,6%. El índice Standard & Poorââ¬â¢s 500, el que utilizan la mayoría de inversores profesionales y fondos vinculados a índices, cayó 113 puntos, un 4,1%. Para ambos índices, es la peor caída en un día desde agosto de 2011.
El desplome bursátil se produce después de encadenar récord tras récord en los últimos meses (hasta enero, el Standard & Poorââ¬â¢s 500 cerró diez meses de subidas consecutivas), con un crecimiento sostenido de la economía en casi todos los países y resultados empresariales con ganancias.
El mercado había estado dos años sin una corrección de este tipo que, tarde o temprano, era previsible. En especial, había mostrado especial fortaleza desde la victoria electoral del presidente de EE.UU., Donald Trump, a la que los mercados reaccionaron con fuertes subidas y con un ââ¬Ërallyââ¬â¢ alcista imparable que mandó al Dow Jones bien por encima de los 26.000 puntos. A pesar de la corrección, la bolsa ha crecido desde el triunfo de Trump un 23,8%, algo de lo que el presidente de EE.UU. ha alardeado en muchas ocasiones como parte central del despegue económico que ha prometió a sus votantes. En esta ocasión, no acudió a Twitter para comentar el reciente comportamiento del mercado, pero la Casa Blanca aseguró que confiaba plenamente en la fortaleza de la economía estadounidense.
La escalada se frenó el viernes, con una jornada de pérdidas importantes -cerca del 2,5%- que anticipó el descalabro de ayer. Uno de los principales temores de los inversores es la posibilidad del crecimiento de la inflación. Si esto ocurre, sería un motivo para forzar a la Reserva Federal de EE.UU. a acelerar su programa de subidas de tipos después de años de tipos muy bajos, que tuvieron el objetivo de impulsar la economía tras la crisis financiera. Un hipotético endurecimiento de la política monetaria podría suponer un freno a la expansión económica que vive EE.UU., ya que los préstamos serían más caros.
Los temores inflacionistas no son más patentes que hace pocas semanas, pero el dato del mercado de empleo del viernes, que mostraba un crecimiento de los salarios en EE.UU. hizo crecer las sospechas. El desplome coincide además con el primer día como presidente de la Reserva Federal de Jerome Powell, en sustitución de Janet Yellen, y el temor a que el nuevo mandatario sea más proclive a una subida de tipos a mayor ritmo. El aumento de los intereses de los bonos del Tesoro de EE.UU. también se interpretó como una posible causa de la salida de inversores de bolsa. Y otras noticias económicas del día, como una leve caída inicial en el precio del petróleo y la nueva oferta del gigante tecnológico Broadcom para hacerse con Qualcomm también podrían haber provocado inseguridad en los inversores. Para muchos, el hundimiento bursátil fue más una reacción emocional, psicológica a un cúmulo de circunstancias que acabaron en una corrección que se tenía por inevitable en algún momento.