La banca teme una burbuja y urge al BCE un viraje en la política monetaria
Los tipos de interés cero y negativos y el ingente dinero barato inyectado al sistema por el Banco Central Europeo (BCE) preocupan ya en el sector financiero. Aunque esa política monetaria ha sido clave en la recuperación de la estabilidad financiera y económica, los bancos alertan de que está asfixiando su rentabilidad y, lo que es aún peor, podría estar generando nuevas burbujas de crédito e inmobiliarias. Así las cosas, las entidades instan ya al BCE a una normalización de esa política.
Ese mensaje se escuchó de forma especialmente nítida y directa ayer en un foro bancario celebrado en Fráncfort, corazón financiero de la Eurozona. Directivos de cajas y bancos alemanes fueron pasando por la tarima de oradores para reiterar, uno tras otro, la petición, cuando no exigencia, de un urgente giro.
El más tajante, sin duda, fue el presidente de Deutsche Bank, John Cryan, que sostuvo que «debe terminar la época del dinero barato, pese a la fortaleza del euro». El banquero no se apoyó en el argumento del escaso margen de negocio para los bancos en el actual panorama de tipos negativos, que no hubiera resultado convincente teniendo en cuenta que el banco que preside obtuvo un beneficio neto de 1.018 millones de euros en los seis primeros meses de 2017. El argumento que usó fue más inquietante: «Ya estamos observando burbujas en algunos sectores del mercado de capital», avisó.
Situación en Estados Unidos
El dinero barato también ha hecho estragos en EE.UU., donde se percibe un crecimiento malsano del crédito «subprime» y de la financiación en general, incluyendo tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles y préstamos para la compra de automóviles. Por ejemplo, las ventas de coches se han duplicado en los últimos siete años, muchos de ellos sin pago inicial y a largo plazo. La industria está experimentando ahora impagos, con la morosidad en el punto más alto desde 2009, y el resultado es una enorme oferta de coches de segunda mano que ha provocado un desplome de los precios, en un contexto en el que una gran parte de la industria automotriz, incluidos los fabricantes que prestan dinero a compradores y empresas de alquiler, dependen de la venta de valores respaldados por autos de segunda mano para financiar sus operaciones.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha desmentido en varias ocasiones que se estén formando esas burbujas, ni en el sector mobiliario ni en el crediticio, aunque sí reconoce que hay ciertas zonas en Europa que «hay que vigilar de forma estrecha». Pero Cryan insistió en que, «con los rendimientos de la deuda en mínimos, los precios inmobiliarios en récords y subiendo y el mercado de acciones, que también sube», hay motivos de preocupación.
«Por eso doy la bienvenida a que la Reserva Federal y el BCE hayan señalado que van a restringir su política monetaria», añadió en vísperas de que Draghi, a la cabeza del consejo de gobierno del BCE, ponga sobre la mesa el calendario de normalización en la reunión de hoy en Fráncfort.
Cryan no estaba solo en su reivindicación. El presidente de Commerzbank, Martin Zielke, también pidió un inmediato cambio de rumbo al BCE, coincidiendo también en que los efectos secundarios de la misma «son cada vez más evidentes». «Es el momento adecuado para quitar los medicamentos», insistió. «Tengo gran respeto por el BCE, con su compra de bonos le ha dado espacio a la política en Europa para impulsar reformas y la medicina ha surtido efecto, pero, como con cada medicamento, existen efectos secundarios y estos se hacen cada vez mayores», explicó.
Y a las presiones se sumó también el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, que recordó que «ya hemos vuelto a una situación normal» tras el final de la crisis del euro. «Medidas no convencionales son medidas no normales y estamos todos deseando volver también a la normalidad monetaria», afirmó.
Problema de ingresos
La banca española también aguarda una pronta normalización monetaria. Cabe recordar que las entidades de nuestro país, con un negocio mucho más minoristas, tienen una elevada exposición a las hipotecas a tipo de interés variable, de forma que gran parte de sus ingresos dependen directamente de la política monetaria. Y el margen para reducir el coste del pasivo y los gastos operativos como alternativa es cada vez menos.
Sin embargo, los analistas no esperan que en la reunión de hoy se produzca un cambio en la política de tipos de interés del BCE. Como mucho, se prevé alguna indicación por parte de Draghi sobre la hoja de ruta y el momento en el que se pueda producir un cambio de esa política expansiva.
La apreciación del euro servirá sin duda de excusa para retrasar la reducción de los estímulos monetarios porque dificulta al BCE la tarea de hacer subir la inflación al abaratar las importaciones de petróleo, que se paga en dólares. Y a nadie escapa que hasta que pasen las elecciones alemanas del 24 de septiembre, nadie en Europa parece dispuesto a dar un paso, aunque las encuestas den ya como ganadora a Angela Merkel.