«La banca pública no puede competir con la privada, sino complementarla», afirma Pablo Zalba

Cuando la crisis financiera estrangulaba a las pymes, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) salió al rescate del tejido empresarial español. Las entidades privadas cerraron el grifo del crédito y el banco público concedió en 2014 casi 21.500 millones de euros a la economía real. Ahora, con la recuperación económica y las tuberías de la financiación bancaria desatascadas, su papel ha pasado a ser otro: el año pasado redujo su volumen de financiación a 4.681 millones.

—¿Qué papel debe jugar ahora el ICO?

—Impulsar la especialización en ámbitos clave. Queremos pasar de un modelo expansivo que hacía falta en ese momento de crisis a un modelo especializado en dos áreas, la internacionalización y el plan Juncker. El ICO tiene una vocación anticíclica, no puede aspirar siempre a expandir su balance. Lo que puedan hacer las entidades privadas que lo hagan ellas, el ICO está para complementarlas. Dicho eso, en 2016 las líneas de mediación lograron crear o mantener 330.000 puestos de trabajo, lo que prueba la importancia de la financiación del ICO en la recuperación y la creación de empleo.

—¿Por qué la internacionalización y el plan Juncker?

—Analizando cómo potenciar algunas actuaciones en línea con el objetivo de acompañar la política económica del Gobierno y contribuir al crecimiento, detectamos que debíamos potenciar esas dos áreas. La internacionalización está siendo una de las palancas del crecimiento y debemos apoyarla desde el punto de vista financiero, que es el papel que corresponde al ICO, porque es crecimiento y empleo. Por cada 1.000 millones de euros que aumentan las exportaciones se crean 14.000 puestos de trabajo. Otra meta es conseguir que España siga siendo uno de los máximos receptores de fondos del plan Juncker, y en su segunda fase va a hacer mucho hincapié en impulsar proyectos relacionados con la eficiencia energética de los edificios. Esto está muy vinculado a las peculiaridades de la economía española, que tiene un sector de la construcción que ha sufrido mucho durante la crisis, y esto podría ser un revulsivo. Además, España es un país muy dependiente de la importación de hidrocarburos desde el punto de vista de la balanza comercial, así que la construcción contribuiría a mejorarla, algo inédito pero factible.

—¿Preparan nuevas líneas de crédito enfocadas en esos objetivos?

—Por ejemplo, estamos intentando llegar a acuerdos con bancos multilaterales iberoamericanos como el CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, el Banco Centroamericano de Integración Económica y el Banco Interamericano de Desarrollo (BIT) para poder financiar a las empresas españolas que operan allí en moneda local.

—Esa internacionalización fue ya la respuesta de las pymes españolas a la crisis y la caída de la demanda interna. ¿Cómo la apoyó el ICO?

—Salir al exterior se convirtió efectivamente en una necesidad imperiosa y hoy exportan un 28% más de pymes que antes de la crisis. Y la actividad del ICO dedicada a la internacionalización ha pasado del 3 al 36% del balance. Lo más positivo es que ya no es algo coyuntural, sino que se está convirtiendo en un fenómeno estructural.

—Además de Iberoamérica, ¿hacia qué regiones se va a potenciar la internacionalización de las pymes?

—Iberoamérica está en pleno proceso de consolidación, es nuestro mercado natural y la situación geopolítica de EE.UU. replegándose nos ofrece una oportunidad francamente positiva. España está siendo uno de los países precursores del acuerdo entre la UE y Mercosur y espero que a finales de año se culmine. Pero hay otros retos como África: primero porque debemos diversificar nuestros mercados, pero además porque es un mercado geográficamente cercano y tiene un componente geopolítico importante, que es el de abordar desde la UE el problema migratorio en destino, impulsando el crecimiento y la creación de empleo en los países africanos con la presencia de empresas españolas. Y Asia, donde nuestro reto es estar en emisiones en yuanes para diversificar las fuentes de financiación.

—Acaban de cerrar su tercera emisión de bonos sociales. ¿Cuáles son los siguientes pasos para financiarse?

—Queremos seguir impulsando los bonos sociales, en lo que somos pioneros y referentes en Europa, y estamos estudiando también la emisión de bonos verdes y de bonos en yuanes. El programa de financiación del ICO para 2017 asciende a 6.000 millones de euros, de los que ya se han captado 2.300.

—Algunos partidos piden una banca pública fuerte. ¿Ve al ICO compitiendo con las entidades privadas?

—No, no. El ICO como banco público no debe competir con la banca comercial, sino complementarla. Hay fallos de mercado como los hemos comentado, y es ahí donde el ICO puede y debe dar un valor añadido. Pero nunca en competencia con las entidades, sino en colaboración. Estamos encantados de escuchar cualquier propuesta sobre el papel de la banca pública y analizarlas, pero los datos demuestran que este es el camino que se debe seguir.

—¿Les preocupa, como alertó el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, que la elevada concentración bancaria acabe afectando a la financiación del tejido empresarial?

—El ICO tiene asumido que es una banca pública complementaria, destinada a detectar fallos de mercado y cubrirlos. Si ese escenario fuese realidad, que ojalá no, ahí estaría el ICO.

—¿Y han detectado fallos de ese tipo?

—No. Es verdad que se acaba de producir la adquisición del Popular por el Santander, pero sería aventurado y prematuro hacer un análisis de sus posibles consecuencias. Somos conscientes de que era un banco referente en el negocio de pymes y en la financiación a través del ICO, pero es prematuro hacer ese análisis. Pero con esa clara vocación anticíclica y de cubrir los fallos de mercado, no hay motivo de alarma. El ICO, cuando ha tenido que dar el do de pecho y cubrir cualquier necesidad, ahí ha estado.

—El Gobierno, como avanzó ABC, prepara medidas para incentivar el aumento de tamaño de las pymes españolas, que son muy pequeñas. ¿Debe ser una prioridad?

—El tamaño de las pymes es sin duda uno de los retos de la economía española en esta fase de recuperación económica. Estamos en un momento francamente oportuno para abordarlo. Y desde luego el ICO está disponible para contribuir a lograr ese objetivo.

—El ICO impulsó en 2013 un fondo de fondos público-privado, Fondico, para reducir la dependencia bancaria de las pymes y potenciar el capital riesgo. ¿Cuál ha sido el resultado?

—Se lanzó con 1.500 millones de euros y ya se han aprobado proyectos por 1.100 millones, de los cuales se han desembolsado casi 300, lo que ha supuesto una atracción de fondos por 1.000 millones, se han hecho inversiones en 200 empresas y se han generado 55.000 puestos de trabajo. Diversificar las fuentes de financiación es clave y se va a continuar…