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El grueso de la carga fiscal en España cae sobre los hombros de la clase media

La crisis en las arcas públicas y la obligada reducción del déficit han impedido los últimos años que la clase media española recoja grandes alegrías en forma de rebajas de impuestos. El IRPF (Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas) se trata del impuesto más progresivo y cuyos ingresos soporta con más claridad la clase media. El 69% de los ingresos provienen de los sueldos menores de 60.000 euros; los que ganan entre 30.000 euros y este umbral aportan el 37% de los ingresos y suponen el 19% de los contribuyentes del impuesto, mientras que las nóminas menores a 30.000 euros suponen un 27% del total de los ingresos.

El IRPF, por tanto, es un impuesto que dibuja perfectamente la limitación entre clase baja, media y alta en nuestro país a tenor de su recaudación. El 80% de los contribuyentes del IRPFingresan menos de 30.000 euros al año, según la última estadística del impuesto del año 2015, presentado en 2016. Las rentas mayores a 60.000 euros suponen un magro 3,5% del total de contribuyentes pero pagan el 36% de los ingresos del tributo.

Esto es así por el carácter progresivo del tributo. El Impuesto de la Renta es la joya de la corona del sistema tributario español: ingresa el 28% del conjunto de la recaudación tributaria.

El grupo de sabios que asesora al Gobierno alemán le recomendó bajar los impuestos a la clase media en 30.000 millones de euros hace unos días. ¿Hay margen en España para algo parecido? La posición fiscal de un país y otro es muy dispar: mientras Alemania tiene un superávit público del 0,8% del PIB y una deuda del 68,3%, España tiene el mayor déficit de la Unión Europea y espera cerrar este año en el 3,1%, mientras su pasivo público está en el entorno del 99%.

Diferencias
Como fuere, organismos internacionales y expertos consultados coinciden en reducir la carga fiscal al trabajo. España tiene la peculiaridad de contar con impuestos con tipos marginales más altos que la media de la Unión Europea, –así ocurre en IRPF y en el Impuesto de Sociedades– pero recauda menos: mientras en la media comunitaria los ingresos por impuestos son del 39,7% delPIB, España ingresa un 34,5%.

Solo en el IVA, España cuenta con un tipo general similar al de la UE, del 21%, frente al 21,5% de media continental. En IRPF y Sociedades, los impuestos máximos son más elevados: el marginal del impuesto de la Renta para los ingresos más altos es del 45% frente al 39% de la UE, y en Sociedades el tipo nominal es del 25%, superior al 22,5% de media europea.

Tipos altos, pocos ingresos
La explicación recae en las amplias deducciones del sistema tributario español. De los 31.867 millones de bonificaciones en impuestos, el IVA concentra más de la mitad de la pérdida de ingresos, 18.945 millones, y Sociedades incluye bonificaciones de 2.127 millones. El IRPF acumula 7.790 millones de agujeros fiscales.

De hecho, mientras los tipos marginales del impuesto bailan en una horquilla que van del 19 al 45%, el tipo efectivo medio en 2014 era del 18%, según la última memoria de la administración tributaria de 2015. Un porcentaje que ahora será menor ya que dicho dato era previo a la rebaja de impuestos que se produjo en 2015.

Esta lista de bonificaciones iba a ser mayor el próximo año, cuando entraban en vigor la rebaja del IRPF de 2.000 millones de euros pactada entre PP y Ciudadanos para las rentas de entre 12.000 y 17.500 euros y la rebaja del IVA cultural.

Parálisis política
Ahora, todas estas bajadas quedan en suspenso ante la parálisis política generada por el conflicto de Cataluña. El diputado de Ciudadanos Francisco de la Torre describe que, pese al deterioro de las previsiones económicas, la rebaja pactada es una línea roja. «Si el PP quiere contar con nuestro apoyo en los Presupuestos, la rebaja fiscal que está ultimada tendrá que estar en el proyecto que se remita a la Cámara», zanja.

Para 2019 y 2010, el partido naranja quiere potenciar una rebaja general de la tarifa del IRPF que recorte los tipos de todos los tramos hasta una horquilla de entre el 18 y el 43.5%. Una rebaja que probablemente se produzca para el final de legislatura, ya que el PP también lleva una propuesta similar en su programa.

«El IRPF tiene margen para bajar y debería hacerlo pero en los últimos años se ha utilizado para dar cabida a todo tipo de políticas, cuando su objetivo es recaudar y hacerlo de forma progresiva. Hay que evitar que las rentas altas defrauden en el impuesto y asegurar que las rentas más bajas tengan que hacer la declaración del IRPF, ya que siempre que hay elecciones los políticos sacan a paladas a contribuyentes de menos ingresos. Eso lo convierte en un impuesto que descansa sobre la clase media del país, que es la que más paga», describe José Félix Sanz, director de estudios tributarios de Funcas, que recomienda bajar el umbral obligatorio a partir del que se debe hacer la declaración de la Renta, ahora en 22.000 euros con un solo pagador. «Estamos generando una desigualdad tremenda entre los que ganan menos de esta cantidad», concluye.

La reducción de los impuestos al trabajo beneficia a la contratación, por lo que el economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, Rafael Doménech, defiende reducir las cotizaciones sociales y elevar impuestos indirectos (IVA, Especiales o medioambientales), ya que distorsionan menos la actividad. «La prioridad para reducir la desigualdad es crear empleo, y si queremos que el sistema fiscal ayude a ello, debemos bajar las cotizaciones sociales, que están entre las más altas de la UE», explica.

Bajar las cotizaciones
A cambio de recortar en 2,3 puntos las cotizaciones sociales y elevar otros dos puntos los tipos indirectos, Doménech calcula que se podrían crear 200,000 empleos y subir el PIB un 0,7%. Una recomendación similar a la que han hecho en otras ocasiones la OCDE, la Comisión Europea y el FMI, que se han inclinado por bajar las cotizaciones sociales.

España recauda más que la media de la UE por cotizaciones sociales a cargo del empleador, un 8,2% del PIB en 2015 frente al 6,9% de la UE, si bien al incluir también las cotizaciones de los empleados ingresa un 12,3% del PIB, un punto inferior a la media. Asimismo, la carga fiscal de España sobre los trabajadores con menores sueldos es algo mayor que la media. En el caso de un trabajador que gane un 67% del salario medio, en España un 36% de su sueldo va a impuestos (cotizaciones e IRPF) mientras que en la UE este porcentaje es del 36,1%.

La tendencia en el exterior es reducir impuestos al trabajo y elevar la tributación sobre el consumo. De hecho, la reforma fiscal de Donald Trump para EE.UU. proyecta una rebaja de Sociedades y de IRPF. La rebaja de impuestos de 2015 acercó a España a la media al reducir los impuestos a trabajadores y empresas. Con el permiso del déficit, ahora los expertos reclaman otra vuelta de tuerca.



  • Ver original en Diario ABC
  • Publicado el lunes noviembre 13, 2017


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