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Cuatro buenas razones para pasarte al coworking

A día de hoy, es difícil poner en duda la eficacia y las ventajas del teletrabajo. Los trabajadores que realizan su trabajo desde casa experimentan un 50% menos de desgaste laboral, y aunque las tareas domésticas puedan resultar una distracción evidente, el poder permitirse momentos de distensión favorece el rendimiento y la satisfacción en el trabajo. Sin embargo, el teletrabajo no es tan bonito como algunos lo pintan y, como todo, tiene sus dificultades. Resulta más difícil organizarse al no tener una zona de trabajo determinada, o al tener que estar pendiente de hijos, padres o ruidosos compañeros de piso. Si además tenemos por costumbre empezar trabajar sin habernos aseado, con el pijama puesto o, peor aún, sin ni siquiera salir de la cama, a la larga podríamos experimentar las sensación de ahogo, estrés, y aislamiento propias de pasar días sin a penas respirar el aire fresco de la calle.

Si eras de los que preferían ir a estudiar a una biblioteca, lejos del jaleo y las distracciones de tu casa y tu habitación y mucho más cerca de un ambiente agradable y propicio para concentrarse, el coworking podría ser una alternativa ideal para ti. Se trata de una novedosa manera de trabajar, importada de Estados Unidos, que está creciendo como la espuma en España y resto de Europa. El coworking consiste en compartir un mismo espacio físico y/o virtual, con la finalidad de reducir gastos y combatir la soledad laboral. Es una opción ideal para los profesionales autónomos, freelancers, o cualquier otro trabajador que no se encuentre sometido a complicadas infraestructuras para desempeñar su labor. De esta manera, podremos beneficiarnos de las ventajas del teletrabajo sin tener que renunciar a una organización y una rutina más marcada y a un ambiente de trabajo más agradable, rodeado de otros profesionales con los que compartir ideas y experiencias.

Es también una tendencia muy adoptada por los nuevos emprendedores. Actualmente, la mayoría de startups carecen de una oficina o local propio donde desarrollar su actividad. Al estar centradas en el mundo de Internet, no es necesario tener un local físico donde trabajar. Sin embargo, con frecuencia suele darse la necesidad de trabajar codo con codo en alguna tarea, o realizar una reunión para compartir opiniones. Reconozcámoslo, las quedadas en McDonalds y Starbucks están bien, pero por muy barato que sea el café y muy cómodos los sillones, no son el lugar más adecuado para llevar a cabo una larga jornada de trabajo (eso de tener que renovar la sesión del WiFi cada media hora se hace pesado). Por poco más dinero es posible trasladarnos a una oficina de coworking (y de paso, reducir la cantidad de calorías que nos metemos al cuerpo cada día entre muffins y hamburguesas).

          

Podríamos definir los lugares de coworking como un punto de encuentro a mitad de camino entre trabajar en casa y la arriesgada aventura de hacerlo en solitario en una oficina demasiado grande y demasiado cara para una inversión inicial. Es todo un desafío comprometerse desde el inicio de nuestro proyecto con un alquiler de 800 euros por una oficina grande cuando tú serás el único ocupante o tu equipo es pequeño. En cambio, los lugares de coworking liberan al trabajador de los gastos de alquiler, electricidad, agua o catering, inherentes al desempeño profesional, y le ofrecen una gran cantidad de servicios útiles para realizar su trabajo (fotocopiadora, escáner, conexión wi-fi, banda ancha, salas de reuniones, lugares de descanso, etc.). Únicamente cobran unas cuotas mensuales o semanales que resultan por lo general mucho más económicas.

Pero no sólo el tema económico es la ventaja de estos lugares (lógicamente, nada sale más barato que trabajar desde casa). Una de las principales cualidades del coworking es la idea de colaboración, el contacto personal entre los “coworkers” y sobre todo las posibles sinergias y relaciones comerciales. Además, siempre es mejor compartir con alguien el café de media mañana o las cervezas de media tarde.

Según el estudio Coworking Global Census 2013, España es el tercer país con más espacios de coworking, sólo superado por EEUU y Alemania. El auge de estos espacios podría deberse a la situación económica que atraviesa nuestro país, ya que suponen un ahorro considerable de los gastos de oficina. Además, con motivo del fuerte desempleo, cada vez son más los profesionales que deciden emprender un negocio o proyecto sin contar con demasiados recursos.

Pero, realmente, ¿cuánto cuesta el coworking? Aunque los precios suelen oscilar entre los 100 y los 250 euros mensuales (dependiendo de la cantidad delos servicios y recursos disponibles y la situación geográfica del centro), en las afueras de las ciudades encontramos alternativas por mucho menos dinero (La Guarida Creativa, en la zona sur de Madrid, ofrece tarifas de hasta 25 euros mensuales). También es posible encontrar espacios gratuitos (es el caso de Madrid On Rails), aunque la disponibilidad suele ser más complicada y los servicios más limitados. Si estás buscando tu lugar de coworking ideal, existen algunos portales que reúnen muchos de estos espacios, como Coworking Spain. 

En resumen, podríamos enumerar unas cuatro buenas razones por las que el coworking podría ser una solución idonea: te obliga a salir de casa y establecer una rutina, conoces gente nueva y puedes dar pié a interesantes colaboraciones o incluso proyectos conjuntos, mejoras tu productividad y, por supuesto, reduces costes.

Y tú, ¿qué piensas del coworking? ¿Has experimentado este modelo de trabajo o conoces de cerca a alguien que lo haya hecho? Estaremos encantados de leer tus experiencias.

 



  • Ver original en Baquia
  • Publicado el sábado noviembre 23, 2013


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