«Conspiración y fraude»: los cargos por los que EEUU acusa al expresidente de Volkswagen
El «Made in Germany» no ha terminado todavía el calvario propiciado por el fraude de los motores diésel. El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado cargos contra el expresidente de la junta directiva de Volkswagen Martin Winterkorn, que dimitió en 2015 tras destaparse el escándalo y que será ahora juzgado al otro lado del Atlántico por el cargo de «conspiración y fraude». El «timing» de este juicio no es del todo desfavorable para Volkswagen, que acaba de sustituir al presidente que gestionó la crisis y arranca una etapa en la que su imagen se desvincula ya del asunto, cuya responsabilidad recaerá sobre Winterkorn, de 70 años y al que se acusa de forma personal y sin vincular más a la empresa que dirigía en los «actos para burlar los requisitos de emisiones de vehículos diesel de Estados Unidos». Pero el daño de imagen para la industria alemana del automóvil difícilmente podrá evitarse.
Winterkorn será por tanto la cabeza visible de la responsabilidad de la compañía alemana, que durante años engañó a las agencias reguladoras estadounidenses y a sus clientes mediante el trucaje de los motores diésel en cerca de 600.000 automóviles en Estados Unidos. Se le acusar de haber violado la Ley de Aire Limpio («Clean Air Act»), diseñada para controlar los niveles de contaminación. En concreto, según el Departamento de Justicia, Winterkorn violó la norma al menos entre mayo de 2006 y noviembre de 2015, momento en el que la empresa usó un software especial que permitía a sus vehículos diésel emitir una cantidad de contaminación superior a la legal sin ser detectados.
Al comienzo del proceso, Volkswagen sugirió que solo ejecutivos de bajo rango conocían el trucaje de los motores diésel, pero los fiscales de EE.UU. aseguran que Winterkorn fue informado del trucaje tanto en mayo de 2014 como en julio de 2015 y que, junto a otros altos directivos de la compañía, accedió a «continuar perpetrando el fraude y mintiendo a los reguladores de Estados Unidos», acusaciones probadas por documentos que la prensa alemana ha ido aireando desde entonces y por las que en Alemania, sin embargo, no será juzgado. Al menos de momento.
«El fraude de los motores fue posible gracias a una gerencia débil y a una cultura corporativa corrupta»
El nuevo presidente de Volkswagen, Herbert Diess, ante la junta general de accionistas celebrada esta misma semana y horas antes de que se hiciese público el pliego de acusación, prometió impulsar con mayor firmeza el cambio cultural en la empresa y sostuvo que el éxito económico duradero solo es posible con una cultura empresarial sana. «En este sentido, Volkswagen tiene que ser más honesta, abierta, sincera. En una palabra: decente», defendió, distanciándose definitivamente de prácticas anteriores y de la defensa de los ex altos cargos de la empresa. Winterkorn, por tanto, se queda solo ante los tribunales de EE.UU.. Larry Thompson, el encargado de supervisar el caso de Volkswagen en Estados Unidos, ha declarado que «el fraude de los motores fue posible gracias a una gerencia débil y a una cultura corporativa corrupta», por lo que las palabras de Diess parecen destinadas a responder directamente esa consideración.
Responsabilidad en el caso
El juez del caso, por lo demás, ha decidido levantar el secreto de sumario. Winterkorn, hasta ahora, ha admitido su responsabilidad en el escándalo, ha dicho que no fue consciente de la dimensión del caso y que, de hecho, no se explica cómo llegó a ocurrir. Y en cuanto a la automovilística alemana, a pesar del escándalo, ha registrado en enero ventas récord y en el primer trimestre del año obtuvo beneficios por 20.100 millones de euros.
Este año, el grupo con sede en Wolfsburgo tiene previsto lanzar al mercado más de 70 vehículos nuevos y espera aumentar los ingresos en hasta un 5%. Delante del recinto en el que tuvo lugar el miércoles la junta de accionistas, se manifestaron activistas de la organización ambientalista Greenpeace pidiendo responsabilidades. «No es posible que en EE.UU. tengan que estar pagando multas multimillonarias y recomprando los coches a los propietarios estafados mientras los gobiernos europeos y los fiscales europeos miran hacia otro lado», demandó el portavoz de Greenpeace Alemania, Niklas Schinerl, al tiempo que aseguraba que «Herbert Diess tiene que empezar por fin a hacer la gran limpieza en Volkswagen».