Amortizar anticipadamente un préstamo, ¿cuánto cuesta y cuánto se puede ahorrar?
Durante el pasado agosto los hogares españoles firmaron préstamos al consumo por valor de 2.147 millones de euros, según los datos del Banco de España. Todos ellos se constituyeron con un plazo de devolución específico como es natural en este tipo de contratos. Pero, ¿qué ocurre si una familia quiere devolver total o parcialmente los importes pendientes de su crédito antes de la fecha pactada? Pues que tiene que pagar en la mayoría de los casos. Saltarse los plazos para reducir el coste final de un crédito no suele ser gratis, advierten los expertos del comparador de productos financieros HelpMyCash.com.
La amortización anticipada de un crédito al consumo, al igual que ocurre con las hipotecas, supone al prestamista un perjuicio, ya que deja de ganar intereses sobre ese importe. Por ello, la mayoría de las entidades castigan la devolución anticipada para compensar las pérdidas. Sin embargo, el Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes un proyecto de ley para abaratar las comisiones de cancelación anticipada de los préstamos a tipo variable hasta eliminarlas a partir de los cinco años de vigencia del contrato.
La nueva ley se aplicará en el caso de la comisión de cancelación a las hipotecas firmadas con posterioridad a la entrada en vigor la nueva ley. Por su parte, la rebaja de los recargos relativos a la conversión de variables a fijos afectan a los contratos hipotecarios vivos.
Hasta un 1% sobre el capital reembolsado
La comisión por amortización anticipada de un crédito al consumo sujeto a la ley anterior -que afecta a los créditos firmados con anterioridad a la nueva norma- no podrá ser superior al 1% sobre el capital reembolsado si el plazo restante que medie entre el momento de la amortización y el vencimiento del crédito es superior a un año. Por el contrario, si el plazo restante es inferior a los doce meses, la comisión no podrá superar el 0,5%. En cualquier caso, la compensación nunca podrá ser superior al interés que se hubiese pagado si se hubiese respetado el plazo del crédito.
Pero hay excepciones. Hay bancos y compañías de préstamos que no contemplan esta comisión y que permiten al consumidor hacer aportaciones anticipadas libremente, sin asumir costes extra. De esta forma, el ahorro se maximiza. ING es un ejemplo y su Préstamo Naranja, la excepción, ya que no tiene comisiones por reembolso anticipado.
Reducir la cuota versus reducir el plazo
El principal de un préstamo es sagrado y tendremos que devolverlo al completo, pero los intereses que devengue el producto a favor del banco son caso aparte. Precisamente, la principal ventaja de amortizar anticipadamente un crédito es que permite ahorrar.
Imaginemos que tenemos un préstamo con un capital pendiente de 10.000 euros, un tipo de interés del 7,5% (cercano a la media del mercado) y un plazo restante hasta el vencimiento de cinco años. Si seguimos el calendario tal cual fue pactado en el momento de la firma del contrato, deberemos abonar 200 euros al mes y los intereses restantes ascenderán a 2.023 euros.
Sin embargo, supongamos que hemos conseguido ahorrar 3.000 euros y queremos destinarlos a amortizar anticipadamente nuestro préstamo. En ese caso, la cuota mensual se reduciría a 140 euros y los intereses finales pasados los cinco años sumarían 1.416 euros. Total: pagaríamos 60 euros menos al mes y habríamos ahorrado 607 euros en concepto de intereses al final. Pero tenemos otra opción aún más rentable. En lugar de rebajar el importe de las cuotas y mantener intacto el plazo, podemos conservar las cuotas y reducir el tiempo restante hasta el vencimiento. En ese caso, seguiríamos pagando 200 euros todos los meses, pero el plazo se reduciría a tres años y cuatro meses y los intereses finales, hasta los 922 euros. Resultado: el precio se abarataría 1.101 euros.
Si se quiere ahorrar al máximo, resultará más rentable reducir el plazo, ya que los intereses se generarán durante un período inferior de tiempo. No obstante, si nuestra cuota mensual es difícil de asumir, podemos recurrir a la primera opción. También podría ser interesante reducir la cuota y mantener el plazo si el préstamo tiene un tipo de interés variable y presuponemos que va a aumentar, ya que evitaremos que la cuota se encarezca.
Sea como fuere, deberemos valorar el coste de la amortización anticipada. En los dos casos anteriores, si tuviésemos que hacer frente a una comisión del 1% sobre los 3.000 euros reembolsados antes de tiempo, tendríamos que abonar 30 euros. Parece, pues, que sigue saliendo a cuenta abonar la compensación teniendo en cuenta el ahorro final.