¿Por qué son peligrosas las tarjetas de crédito?
Las tarjetas de crédito son peligrosas. Pero ese peligro no hace que sean buenas o malas de por sí. Una tarjeta de crédito es un instrumento de pago que si no se usan adecuadamente pueden ser sumamente peligrosas.
La duda que tenemos es dónde se encuentra el peligro de las tarjetas de crédito. Tal y como comentan algunos humoristas, salvo que te la metas por un ojo no te va a hacer daño físicamente, pero si nos puede hacer mucho daño financieramente hablando. El daño se origina por el anatocismo en los intereses del crédito que tienen las tarjetas.
El anatocismo, vocablo desconocido para la mayoría de los mortales, consiste en la posilidad que tienen las emisoras de las tarjetas de crédito para cobrar intereses sobre los intereses. Este mecanismo se llama también capitalización de los intereses del crédito de la tarjeta.
Por ejemplo, supongamos que yo tengo una tarjeta a un 1,2% de interés mensual, no anual. Si debo 100 euros en el crédito de la tarjeta, y los tengo que pagar 101,20 euros cuando pase el mes. Es decir, 100 euros de capital y 1,2 euros de intereses.
En el caso de que no pague esa deuda, al mes siguiente, los intereses de la deuda me los van a cobrar sobre el total que debeo, es decir sobre 101,20 euros, no sobre los 100 euros iniciales que yo debía. En este sentido, los intereses vencidos pasan a formar parte de la deuda principal y pagamos intereses sobre intereses.
Mediante este mecanismo, se pueden dar casos de tarjetas de crédito con 4.000 euros de límite, que rápidamente acumulan una deuda de 8.000 euros. Si al anatocismo de las tarjetas de crédito que hemos explicado le sumamos las comisiones, la primera deuda que tenemos que pagar siempre es el crédito de la tarjeta dado que es la que más bola de nieve puede hacer en nuestra economía…