Autopistas de peaje, por qué sí y por qué no
De entrada y por lógica aplastante las autopistas de peaje hay que pagarlas, por lo que no vamos a ahorrar nada de dinero utilizándolas. Esto es cierto en más del 90% de los casos, pero tenemos que hacer otro tipo de valoraciones. Ya se sabe, en este mundo no todo es dinero. Miremos más allá.
Una autopista de peaje está construída con capital privado, es decir, por empresas e inversores, y durante el tiempo que dura la concesión van a cobrar por utilizarlas, dependiendo del tramo horario y del tipo de vehículo (fundamentalmente). Las carreteras públicas las pagamos indirectamente vía impuestos.
Da igual cuántos desplazamientos hagamos por carreteras públicas, que pagaremos lo mismo (excluyendo los impuestos del combustible, el IVA del coche, el impuesto de matriculación, etc), pero las autopistas de peaje hay que pagarlas cada vez que las usemos. Sin embargo, no hay que rechazarlas sin más, y pensarlo un poco.
Ventajas de las autopistas de peaje
* Trazado más limpio, con menos desniveles, más seguro, mejor mantenido (aunque las normativas de construcción sean las mismas que las públicas)
* Suelen suponer un ahorro de tiempo
* Benefician a los residentes cercanos a las mismas
* Son más seguras (menos tráfico, mejor asistencia, trazado, pocas incorporaciones)
* Su uso frecuente implica descuentos progresivos
En resumen, pagamos más por la comodidad.
Desventajas de las autopistas de peaje
* Suelen encarecer el coste del viaje
* No siempre reducen la distancia kilométrica de âAâ a âBâ
* El trazado es más monótono
* Menor variedad de gasolineras o de lugares para visitar
AP-36
Casos prácticos
Caso 1: Mota del Cuervo-Madrid. Si vamos por autopista de peaje tardamos 1 hora 44 minutos, recorriendo 148 km, gastando 16,22 euros de gasolina y pagando 8,5 euros de peaje. Por carretera pública tardamos 11 minutos más, ahorramos 1,6 euros de combustible, 3 km menos y no pagamos peaje.
Parece claro que por carretera pública cunde más, sin embargo la alternativa a la AP-36 es ir por una carretera nacional, de doble sentido, con más tráfico, atravesando poblaciones y con un notable incremento del riesgo de accidente. Es mucho más fácil llegar antes por la autopista de peaje, ya que no influye tanto el tráfico.
Caso 2: Navalmoral de la Mata-Madrid. Tomando la R-5 de peaje tardamos 1 hora 57 minutos, son 195 km, gastamos 3,50 euros de peaje y 20,13 euros de gasolina. Por las carreteras gratuitas ahorramos 30 céntimos de combustible, tardamos âlo mismoâ y hacemos un kilómetro menos. Eso en condiciones ideales.
Lo más fácil es que al llegar a Móstoles empecemos a encontrar tráfico denso o directamente un atasco. ¿Pagarías 4 euros por librarte de un más que probable atasco? Hay que considerar que en atasco el gasto de gasolina se dispara (aunque no llegaría a 4 euros) y que perderíamos tiempo, que eso no siempre es gratis.
AP-7
Caso 3: Valencia-Alicante. Tomando el peaje (AP-7) gastamos 13,90 euros, 19,04 de gasolina, tardamos casi 2 horas y recorremos 179 kilómetros. En cambio, por la ruta del interior (A-7) consumimos 1,41 euros más de gasolina, 5 minutos más, 13 km de diferencia.
Aquí no le veo sentido alguno al peaje, la ruta alternativa es autopista y con menos tráfico. No se ve el mar y toca subir y bajar montañas, pero el paisaje es más bonito que la costa repleta de edificios, y la diferencia en coste es muy importante.
En definitiva, cada caso hay que verlo con detenimiento. A veces ese pequeño sobrecoste disminuye el riesgo de accidente, o la posibilidad de llegar tarde por un atasco/accidente/obras, o incluso multas (hay muchísimos menos radares) si se conduce a alta velocidad, lo cual no deja de ser desaconsejable.
En los modelos que más consumen puede llegar a amortizarse el peaje en algunos casos al tener un trazado más liso, se puede mantener mejor la velocidad y se reduce el riesgo de retenciones. Eso sí, en períodos de éxodos masivos, si vamos en hora punta merece la pena pagar el peaje por no quedarse encerrado en un atasco durante horas.
Al respecto de la velocidad hay una pequeña polémica entre el Ministerio de Fomento y el de Interior. El primero pretende permitir a los usuarios del peaje ir más deprisa como âplusâ, mientras que en Interior se oponen ya que choca con la política de reducción de velocidad como forma de reducir los accidentes. De momento el debate está estancado y no hay novedades…