Globalización tecnológica, información y competitividad
La globalización ha alterado por completo la forma en que opera el mundo. Las barreras que alguna vez obstaculizaron nuestra capacidad para comunicarnos e interactuar con personas de todo el mundo han disminuido. La globalización tecnológica es un claro ejemplo, aunque no es el único, ya que esta proliferación de interconexiones a nivel global se ha arraigado en todos los campos: empresarial, gubernamental, económico y social.
Durante las últimas décadas, los avances en la tecnología de la información han tenido un impacto profundo en el panorama global, así como en la progresión de la globalización. Podría afirmarse que la innovación en tecnología de la información ha sido una fuerza impulsora importante detrás de la globalización. Hoy día, muchos consideran ya que la tecnología de la información se ha convertido en un componente clave de la estrategia de negocio global de una corporación.
El cambio impulsado por la globalización tecnológica
Los avances en la tecnología de la información han cambiado la forma en que vivimos y han cambiado la forma en que las personas, las empresas y los gobiernos interactúan entre sí. Además, la innovación en las tecnologías de la información ha desempeñado un papel importante en la progresión de la globalización durante las últimas décadas.
Esta expansión, conocida como globalización tecnológica, ha tenido un profundo impacto en las organizaciones de todo el mundo. Pero la única forma de que las empresas se adapten a este nuevo entorno es haciendo un compromiso concertado con la globalización a través de:
Desarrollo de procesos.
Inversión en infraestructura.
Adaptación de estrategias.
Para lograr mejor este objetivo, las empresas deben asumir que la tecnología de la información es una pieza integral en la estrategia comercial del negocio.
Competitividad y tecnología: un tándem global
La tecnología de la información ha cambiado para siempre la forma en que las organizaciones hacen negocios, en especial en lo relativo a su efectividad a la hora de diseñar estrategias globales.
A medida que las empresas, tanto grandes como pequeñas, avanzan hacia el futuro, la necesidad de actuar a escala global se vuelve aún más esencial.
Es evidente que la tecnología de la información está penetrando todos los aspectos del negocio y sin una infraestructura de TI sólida, las empresas no tardan en darse cuenta de que no pueden seguir el ritmo del resto de sus competidores.
Sin embargo, lo que las organizaciones deben recordar es que, a medida que las tecnologías de la información se vuelven más baratas de adquirir, más estandarizadas y más replicables, su capacidad para crear valor y obtener una ventaja competitiva se reduce.
Hoy, son muchas las personas, empresas y países que tienen acceso a los mismos tipos de tecnología lo que significa que, si estas tendencias en las tecnologías de la información siguen avanzando, el mercado de TI pronto se convertirá en un mercado de productos básicos, ya que los sistemas, servicios y proveedores de TI podrán intercambiarse fácilmente sin pérdida de funcionalidad y productividad.
Como consecuencia, cabe afirmar que las empresas ya no pueden conformarse con implementar tecnologías de la información y esperar a que vayan apareciendo nuevos avances. Eso ralentizaría su crecimiento y pondría en riesgo su posición en el mercado.
Para crear valor para la organización, las empresas deben identificar sus necesidades estratégicas y desafíos, y luego aplicar la tecnología funcional para ayudar a hacer realidad esa estrategia, una tecnología que, en muchos casos, será fruto de su propia innovación.
En un entorno cada vez más competitivo la globalización tecnológica vuelve a impulsar la evolución de las industrias obligándolas a favorecer en intraemprendimiento, a abrazar el riesgo y a comprometerse con la innovación.