La firma que lo cambió todo: 35 años de España en la UE
Un 12 de junio, pero de hace 35 años, el entonces presidente del Gobierno español, Felipe González, firmaba el Tratado de Adhesión a la Comunidad Económica Europea, la actual Unión Europea (UE), en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid.
La entrada de España en el club comunitario no se hizo efectiva hasta el 1 de enero de 1986, pero aquella firma ponía fin a unas negociaciones iniciadas casi diez años antes, en 1977, cuando el Gobierno de Adolfo Suárez solicitó formalmente la integración del país en la antecesora de la UE.
«Os hemos echado de menos. La construcción y la esperanza europeas habrían quedado parciales, incompletas, sin su adhesión y participación», confesó el entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors.
Hoy, España está representada por 58 eurodiputados en el Parlamento Europeo, el exministro español Josep Borrell ocupa el puesto de alto representante de la UE para la Política Exterior y la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, suena como próxima presidenta del Eurogrupo.
Desde su incorporación a la Unión, la Eurocámara ha sido presidida por españoles en tres ocasiones: Enrique Barón (1989-1992), José María Gil-Robles (1997-1999) y Josep Borrell (2004-2007).
LOS BENEFICIOS DE PERTENECER AL «CLUB»
Cuando se habla de beneficios, es casi imposible no pensar en dinero.
Así pues, en 2018 España aportó a la Unión Europea 10.314 millones de euros, el equivalente al 0,85 % de su economía, mientras que recibió un total de 12.270 millones, según datos de la propia UE.
No obstante, pertenecer al club comunitario ofrece a España muchas más ventajas, como bien explica a Efe el investigador del Real Instituto Elcano y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Ignacio Molina, para quien la entrada de nuestro país en la UE simbolizó «el ancla definitiva a la democracia».
«Ese 12 de junio cerramos el siglo XX tras 40 años de dictadura, durante los que fuimos un país paria», subraya Molina.
En opinión de Jesús Núñez, analista del instituto de investigación CEPS, la Unión Europea «trae muchos beneficios a España, muy superiores al presupuesto europeo». Según Núñez, «la UE ha transformado a España», y los problemas y crisis que ha sufrido el país estando en ella «no podrían haberse evitado manteniéndose fuera».
«Estamos tan acostumbrados a cómo funciona todo que lo damos por sentado y no lo valoramos», asevera Núñez, quien recuerda que cosas tan simples como cruzar una frontera, hacer negocios entre Madrid y Berlín o tener los mismos derechos que un ciudadano local cuando emigramos a su país solo es posible en la UE.
En este sentido, Molina cree que «la experiencia del Brexit (la salida del Reino Unido del bloque comunitario) ha vuelto a demostrar que irse de la UE es bastante mal negocio, porque genera mucho conflicto e incertidumbre».
Ambos expertos coinciden en que la Unión «no es perfecta, pero estar fuera es peor que estar dentro».
«La UE es el experimento de convivencia internacional multicultural mas importante de la historia, basado en negociación y compromiso», afirma Núñez, en cuya opinión «no es la Unión lo que frena a España, sino que es una zona con fronteras comunes e instrumentos de estabilidad que reducen los impactos globales».
DESAFÍOS FUTUROS
Ambos expertos ven imprescindible una buena gestión de los fondos que la UE otorgará a España tras la crisis provocada por el coronavirus
Núñez apunta que España debe «invertir en el futuro» y «no mantener lo insostenible», para así «producir una economía que sea justa y sostenible, pero también productiva».
«Estamos ante una transición económica y una potentísima transformación de los sistemas de producción y de la filosofía económica, y debemos estar a la altura», añade el investigador del CEPS.
Por su parte, Molina insiste en la necesidad de que la UE tome un papel más relevante en las relaciones internacionales, para que los actores más potentes «no solo sean Estados Unidos y China».
«Países como Portugal y España, incluso con Alemania, no pueden estar a la altura de estas grandes potencias, pero todos juntos sí», especifica este investigador político.
El cambio climático, la economía circular, la defensa de los derechos y de un nivel de vida mínimamente digno para todos los ciudadanos, así como la gestión de las fronteras y la migración son los retos futuros en los que, según ambos expertos, el mundo deberá centrarse a partir de ahora; y coinciden en que son unos desafíos a los que España podrá enfrentarse mejor como parte de la UE.