Cuando los bancos eran sitios buenos
Hoy día propio para el ârelaxing cupâ del Día del Trabajo, es un buen día para arrancar una sonrisa musical con la crítica al cambio de actitud del sistema financiero con unos ligeros retoques en la letra de la canción de Blanco y Negro de Malú.
No le falta razón a esta crítica ácida cuando recuerda aquellos días en los que entrabas a un banco, pedías dinero y te lo daban, no te cobraban infinidad de comisiones o no te intentaban colar un puñado de preferentes.
Aunque no estoy muy de acuerdo con aquello de la rentabilidad, pero si abusaron de las retribuciones en especie (las famosas colonías, vajillas, sábanas o cuberterías) hasta el punto que no tenías muy claro si habías entrado a una entidad financiera o a un hipermercado…