La deuda exterior de España cae a su nivel más bajo desde 2008
La economía española acabó 2017 como su sexto año financiando al exterior, un hecho inédito de la actual recuperación que no había ocurrido nunca desde que existen registros. El superávit por cuenta corriente alcanzó el año pasado los 24.800 millones de euros, un 2,5% más que en 2016 y un nuevo récord, si bien entonces supuso un 2,2% del PIB. El mayor crecimiento de la economía deja la capacidad de financiación actual en el 2,1%, publicó ayer el Banco de España. La balanza por cuenta corriente es el saldo del intercambio de bienes, servicios y rentas de un país con el resto del mundo y es el principal indicador de la capacidad de una economía para financiarse del exterior. La balanza de pagos incluye más partidas, y el año pasado fue positiva para España en 22.144 millones, un 3% más y otro máximo histórico.
Estos excedentes cosechados año a año están permitiendo que la economía corrija algunos de los desequilibrios que acumuló durante los años de pérdida de competitividad y la posterior crisis. La deuda exterior neta, es decir, el pasivo con acreedores extranjeros que tiene nuestro país descontando los activos que tiene en el exterior, bajó en 2017 hasta el 80,8% del PIB. Este indicador, también llamado Posición Internacional de Inversión Neta, es fundamental para medir la vulnerabilidad de una economía a «shocks» del exterior. Ello supone su menor nivel desde 2008, cuando registró un 80,2% y está lejos del máximo que alcanzó en 2014, del 97,8%. Desde entonces, el crecimiento de la economía y la mejora de la competitividad ha permitido diluir la deuda exterior poco a poco, siendo la reducción de tres puntos en 2017.
Pese a ello, España es el quinto país de la UE con una deuda exterior más alta tras Grecia (que en el tercer trimestre tenía un -139.3%), Irlanda (de -176.7%), Chipre (-121,4) y Portugal (de -104.7) y lejos de Italia (de -9,8%), Francia (-15,7%) o Alemania (con posición acreedora, del 54,4%). Cuanto más baja sea la deuda, menos dependiente es un país del extranjero.
Curiosamente, en términos absolutos la deuda exterior engordó levemente el año pasado, desde los 933 millones hasta los 940 millones, pero como lo hizo a menor ritmo que la economía -que creció un 4% en términos nominales-, su peso sobre el PIB se reduce.
Un 165% de deuda externa
Algo parecido ocurrió con la deuda bruta, la que descuenta los activos en el exterior y cogiendo todo lo que debe España al extranjero. La deuda externa bruta fue del 165% del PIB, un punto menos que en 2016 y 1.918 millones de euros, 6.000 más que en 2016.
El superávit de turismo y viajes fue de 7.300 millones, idéntico a un año antes. Las exportaciones fueron las que crecieron con fuerza, elevando el superávit de bienes no turísticos en 700 millones hasta los 5.100 millones.