Antimonopolio critica la compra de aviones Air Berlin por parte de Lufthansa
Varias aerolíneas de diferentes países llevaban años subcontratando aviones de Air Berlin para transportar a sus propios pasajeros, por lo que la quiebra de la compañía low cost alemana las deja ante una situación que requiere acciones agresivas. Esos aviones no solamente se han convertido en una golosina aprecio de coste, sino que la empresa que se quede sin ellos deberá resolver urgentemente cómo mantener el volumen de venta de billetes sin esas plazas extra que habrán quedado en manos de la competencia. Antes incluso de que se hubiese hecho pública la quiebra, la alemana Lufthansa ya había empezado a negociar la compra de buena parte de la flota de Air Berlin, pero las protestas de otras aerolíneas han obligado a la Comisión Antimonopolio alemana a poner la lupa sobre esa compra y su presidente ha realizado hoy unas declaraciones bastante críticas con la operación.
«Solamente podrá llevarse a cabo si se atiene a condiciones estrictas, porque Air Berlin y Lufthansa
son competencia directa en muchas rutas», ha dicho Achim Wambach, advirtiendo además que «para una aprobación de la fusión, Lufthansa debería contar con condiciones y obligaciones diseñadas al detalles y muy exigentes». Entre estas condiciones, Wambach alude a la renuncia de gran parte de los derechos de despegue y aterrizaje de Air Berlin.
La Comisión Antimonopolio alemana es una institución vigilante y asesora que, a diferencia de la Oficina Federal de la Competencia, no tiene capacidad de intervención, pero sus juicios son tenidos en cuenta por esta última. De ahí que las palabras de Wambach advirtiendo sobre la ilegalidad del crédito de transición 150 millones de euros que el Gobierno alemán avalará a Air Berlin para que pueda seguir operando por unos tres meses, puede suponer también un grave obstáculo para la operación, a pesar de que la canciller Angela Merkel haya defendido públicamente ese crédito en interés delos clientes que ya han pagado sus vuelos.
El ministro de Transporte, Alexander Dobrindt, ha declarado por su parte que no existen dudas acerca de que la adquisición parcial de Air Berlin por parte de su competidora directa, Lufthansa, subrayando que la liquidación de la aerolínea quebrada puede suponer una buena oportunidad para el sector de la aviación en Alemania. Con la compra de una gran parte de Air Berlin, Lufthansa conseguiría acabar con su rival más importante en el interior de Alemania y podría fortalecer su compañía de bajo coste, Eurowings. Los aviones de Air Berlin están en buen estado y el personal, operativo, lo que sin duda facilitaría las cosas. Según Dobrindt, es el momento de «aprovechar la oportunidad» para reubicar «de manera estratégica» los 140 aparatos, las capacidades y a los empleados de Air Berlin «con el fin de fortalecer la industria alemana de la aviación en el mercado internacional». Y para lograr ese objetivo, el gobierno alemán está interesado en que la operación se produzca con la mayor celeridad posible y, según fuentes de Berlín, da un plazo de entre cuatro y ocho semanas para su cierre.
En todo caso, la compra no quedará exclusivamente a merced de las autoridades alemanas porque la británica RyanAir
ha decidido llevar el caso ante las autoridades antimonopolio europeas y Bruselas tendrá que pronunciarse al respecto. Air Berlin ha confirmado además que mantiene conversaciones desde hace semanas con varias compañías interesadas, entre las que según medios periodísticos alemanes se encontrarían también EasyJet y Condor, filial de Thomas Cook. «Además de Lufthansa, estamos en contacto con otros dos interesaos del sector de la aviación», ha reconocido el presidente de Air Berlin, Thomas Winkelmann, según el cual todas las compañías son «serias en términos financieros» y «suficientemente grandes en cuanto a su volumen como para ofrecer un futuro seguro a los aviones de Air Berlin». Según Winkelmann, estas empresas, que cotizan en bolsa, tienen además el interés de seguir operando desde Alemania.
Al margen de las operaciones corporativas que surjan a raíz de la insolvencia de Air Berlin, en Alemania preocupan prioritariamente los alrededor de 8.600 empleos que quedan en el aire. «A pesar de la insolvencia, creo poder alcanzar mi objetivo y salvar gran parte de los empleos. Lo lograremos», se ha mostrado confiado.
Entre esos empleos están los últimos 55 que Air Berlin mantenía en Mallorca, con todas sus operaciones aéreas transferidas ya a la austríaca Niki. 43 de ellos desempeñan su labor en el call center de la aerolínea y departamentos como el de investigación, mientras que los otros 12 son mecánicos. Todos han sabido por la prensa que su empresa se había declarado insolvente en Alemaia.
El sindicato de pilotos Vereinigung Cockpit (VC) ha informado que la noticia es «un shock para los trabajadores de Air Berlin, que desde la creación de compañía realizan un extraordinario trabajo» y critica que Etihad, el accionista que la había venido sosteniendo con inyecciones financieras para tapar sus pérdidas, «la ha dejado caer como una patata caliente, a pesar de que nuevos inversores habían mostrado su interés. Aquí han mostrado su verdadera cara los inversores del Golfo».