Los negocios que surgen de la experiencia de ser madre
Mamá, ¿me ayudás con la compu?», le preguntó Facundo (11), el mayor de sus cuatro hijos, a Luciana Torres. «Consultale a tu padre», fue su primera respuesta. Lo repensó y enseguida accedió, pero se dio cuenta de que a pesar de su título de ingeniera industrial y de estar trabajando en consultoría y procesos, no podía ayudarlo.
«Cuando lo comenté con otras mamás amigas, resultó que no era la única que se sentía en desventaja frente a un manejo casi natural de la tecnología por parte de los chicos», confiesa la también madre de Gregorio (10), Leopoldo (6) y Catalina (3). Ese fue el clic que, hace dos años, la impulsó a crear Mamaconetada.com.ar, una plataforma web con información, consejos y cursos online para madres y padres que quieren acompañar y guiar a sus hijos en el mundo digital. Empezó de a poco, armando un blog que fue ganando repercusión y creciendo. «De pronto me di cuenta de que esto me apasiona, y del impacto que podía tener en otra gente. Es que los chicos usan las tecnologías con mucha habilidad pero necesitan criterio, valores y conocimiento para hacerlo en forma segura y responsable. Y, para ayudarlos, necesitamos estar conectados y en sintonía con ellos», asegura la mamá-emprendedora.
Así, el blog se convirtió en página web. Y Luciana comenzó a ser convocada para dar charlas y talleres de ââ¬Ëtecnología para padresââ¬â¢, además de elaborar contenidos para diferentes organizaciones. «Fui dejando mis trabajos de consultoría para dedicarme a este proyecto, que además me permite organizarme para estar muy presente con mis hijos», cuenta. Claro que animarse no es fácil: «Siempre hay dudas a la hora de arrancar con algo nuevo. En mi caso, el apoyo de mi marido, con quien nos turnamos con las cosas de la casa y los chicos, fue muy importante. También fui a algunos talleres y capacitaciones. Allí escuché a otra emprendedora, Marta Cruz (fundadora de Nxtp Labs), quien contó que había creado su primera empresa ââ¬Ëcon la crisis de los 40ââ¬â¢. Entonces, me dije… ¿Por qué no?».
Mompreneurs
En Argentina está creciendo el porcentaje de emprendedorismo femenino. Ellas eran el 39 por ciento del total en 2008 según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), y actualmente son el 42%. La edad en la que la mayor parte de las mujeres emprende va de los 25 a los 49 años, que coincide con la etapa de maternidad. «El rol materno prepara a las mujeres en muchas habilidades y actitudes necesarias para emprender», sentencia Silvia de Torres Carbonell, profesora de IAE Business School y directora del Capítulo Argentino del GEM. «Capacidad para manejar varios asuntos a la vez, disposición al diálogo y la escucha, habilidades de comunicación, liderazgo y construcción de redes, son algunas características que comparten madres y emprendedoras», enumera.
«Cuando nació Martina (7), empecé a diseñarle ropa y juguetes», recuerda Marianela Rizzi (34), también mamá de Pedro (3). «Con el tiempo, amigos y conocidos comenzaron a pedirme productos para sus hijos o para regalar a otros niños, y entonces me ocurrió crear una marca», dice la fundadora de Chicos Perinola. Marianela se recibió de diseñadora en 2002 y fue en 2007, con el nacimiento de su primera hija, que puso la mirada en el rubro infantil. «Tener mi emprendimiento me permite manejar los tiempos y estar con mis hijos en todo momento. Una clave es que tengo el taller en el fondo de mi casa, con lo cual camino unos metros y ¡ya estoy trabajando!», comparte. La maternidad «fue un disparador importante para crear Noha Baby Store», confiesa Rosario Galeano (28), licenciada en Publicidad y mamá de Kiara (2). «Como mamá primeriza, me di cuenta que faltaban productos que facilitasen la crianza y el contacto con el bebé». Comenzó importando algunos productos junto a su amiga y socia Soledad Zunino (28), diseñadora gráfica. Y desde el año pasado se animaron a fabricar almohadones para amamantar e indumentaria para bebés y sus mamás, que venden principalmente online.
«Fue una mezcla de necesidad de tener un ingreso económico y falta de productos con buen diseño que aportaran a la practicidad y cuidado de las posturas corporales», cuenta Fernanda Petrarca (46) sobre el surgimiento de Wawita (niño de pecho, en quechua), una marca cuyo producto estrella es un portabebé de tela inspirado en el que usan las kollas. En el momento en que comenzó el proyecto, Fernanda ââ¬âmamá de Bianca de 18, Rocco de 15 y Chiara de 10ââ¬â bailaba tango profesionalmente y daba clases de danza. «Pero llegó la crisis de finales de 2001 y me suspendieron todas las presentaciones», recuerda. Por entonces, su socia y amiga, Flavia Rabinovich, acababa de tener a su segundo hijo y estaba buscando un portabebé que cuidara su columna. Como no encontraron ninguno que las convenciera en el mercado, se decidieron a fabricarlo.
¿Qué lleva a las mujeres a emprender? Necesidad de realización (60 %) independencia (56 %) y desafío (52 %). En cuarto lugar aparece «la búsqueda del balance entre la vida familiar y laboral», con el 40 % de las menciones para aquellas que son madres. Entre las que no son madres, este factor aparece menos mencionado (25 %), destaca un estudio del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (Fomin-BID), realizado por la consultora A2C Advisors. «Los negocios liderados por mujeres siguen un patrón diferente a los liderados por varones», revela Inés Arribillaga, psicóloga laboral y fundadora de Emprendedoras en Red. «Ellas, sin desestimar los logros económicos, priorizan el equilibrio entre lo personal y laboral, y la calidad de vida», afirma la especialista. De este modo, la mayoría se concentra en actividades relacionadas con lo familiar o lo femenino: salud, belleza, gastronomía, educación.
Tejer redes
Sol Laje, licenciada en Administración y mamá de Benito (3), y Suzel Valiña, abogada y mamá de Julián (4) y Manuel (1), son amigas desde el colegio y fueron madres casi en paralelo. «A partir de la maternidad nos replanteamos nuestros trabajos y profesiones, y pensamos que emprender algo por cuenta propia nos permitiría mayor flexibilidad para criar a nuestros hijos. Compartimos el problema que es hacer dormir a los bebés, y descubrimos un nuevo concepto: el co-lecho (una cuna adosada a la cama matrimonial).
Los pediatras lo recomiendan porque facilita la lactancia y permite sincronizar la respiración de la mamá y del bebé, pero al mismo tiempo cada uno duerme en su espacio», detalla Sol. «Empezamos a buscar esta opción en mueblerías, pero nada nos convencía. Entonces, diseñamos una y mandamos a hacer el prototipo». Así nació Cozlip, una marca que diseña y produce (en forma tercerizada) esas cunas adosables en dos tamaños (hasta el año y hasta los 3 años), varios colores y que pueden convertirse en camas infantiles o sillones cuando el niño logra mayor independencia. «Nuestro lema es acompañar la crianza cercana. Ya estamos diseñando otros productos, como carros para juguetes y organizadores que vendemos online en todo el país», cuentan las socias.
¿Qué lleva a las mujeres a emprender? Necesidad de realización (60%) independencia (56%) y desafío (52%).
Las mujeres «suelen iniciar su actividad emprendedora con un capital más bajo que el de los varones y recurriendo a fondos propios», destaca el informe Emprendedoras en América latina y el Caribe: realidades obstáculos y desafíos (2011), publicado por la Comisión Económica para América latina (Cepal). Justamente, uno de los obstáculos es el acceso a créditos y financiación. Un dato no menor es que la mayoría de los inversores son hombres. Pero esto también está cambiando a medida que más mujeres emprenden exitosamente y se vuelcan a mentorear y financiar a otras. Otra de las características esenciales de los emprendimientos femeninos es que «se apoyan en redes y se arman comunidades junto a otras mujeres como referentes», destaca ese estudio. En los últimos años han surgido en la Argentina varias organizaciones que apoyan el emprendedorismo femenino, como Ellas2.0 (para el área tecnológica), Emprendedoras en Red, Voces Vitales y MadresEmprendedoras.com. Juguetes Clap nació en 2011, como un proyecto de dos amigas: Ruth Soifer (54), licenciada en Ciencias de la Educación y mamá de Ana Laura (23), Victoria (18) y Paula (14); y Claudia Rofman (54), arquitecta y mamá de Daniela (21), Julia (7) y Joaco (11).
«Estaba trabajando en relación de dependencia cuando Ruth me pidió ayuda para concretar su idea de fabricar juguetes artesanales. Enseguida decidimos asociarnos. Lo bueno de emprender por cuenta propia es que manejamos nuestros tiempos. Si bien tenemos un horario de trabajo establecido, nos sentimos libres para acomodarlo según las necesidades de nuestros hijos», dice Claudia.
«Tenés mayor libertad, pero también más responsabilidad frente a tu trabajo, y eso te obliga a poner prioridades según las demandas de uno y otro lado», aporta Ruth. Las emprendedoras coinciden en que «cuando los hijos son más chicos, es central armar redes con la familia y con otros padres para la crianza. A medida que crecen, las redes de comunicación ganan espacio para estar al tanto de cómo están y si necesitan algo». Para muchas mujeres, como las entrevistadas, la llegada de los hijos trae un replanteo de su vida personal y laboral. Emprender un negocio por cuenta propia puede ser la mejor oportunidad para realizarse sin renunciar ni a la maternidad ni a la carrera profesional…