¿Para qué sirven los billetes de 500 euros? – deGerencia.com
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¿Para qué sirven los billetes de 500 euros?

Los euros morados tienen las horas contadas. Es oficial. Ya no solo se cuestiona su utilidad en la economía real, sino que ahora también son acusados de financiar actividades ilícitas. El propio Banco Central Europeo (BCE) ha confirmado esta semana que estudia fórmulas para eliminar los billetes de 500 euros, pero el debate viene de largo. Varios países de la Eurozona han reiterado su intención de limitar las transacciones en dinero líquido. Una propuesta con vistas a un reto mayor: la eliminación de todo el efectivo. La primera medida para lograr ese objetivo, planteado a medio plazo, pasa por limar los extremos del euro. No solo los billetes más grandes están amenazados; también las monedas más pequeñas. Desde hace varios años, la Comisión Europea aboga por la supresión de las monedas de uno y dos céntimos. De hecho, un informe comunitario publicado en 2013 advirtió de que esta forma de efectivo había provocado unas pérdidas de 1.400 millones de euros desde su implantación en 2002. Países como Finlandia, Holanda, Bélgica o Irlanda ya han dado el paso, eliminando la «calderilla» y utilizando el redondeo de precios. Los billetes de 500 euros y las monedas de 1 y 2 céntimos cuentan con un problema común: son caros. Ambos suponen altos costes de seguridad, transporte y almacenaje. En el caso de las monedas, estos superan ampliamente su valor conjunto. Por contra, su diferencia más notable entre ambos radica en su uso. Al menos en España. Gestha, el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, sostiene que los billetes de 500 euros representan ya el 75% del dinero en circulación en el país. Unos 45.528 millones de euros. Desde su entrada en vigor en 2002, esta forma de pago ha pasado de representar el 25,1% del efectivo a monopolizar tres cuartas partes del mismo. Una circunstancia que no se ha producido en el resto de Europa, donde el peso de estos billetes se mantiene todavía en un 30% del líquido. José María Mollinedo, secretario general de Gestha, considera que la proliferación del billete de 500 euros se debió al «aumento del efectivo en circulación en los años anteriores a la crisis». El auge de la economía sumergida también impulsó su uso. «En buena parte de la actividad inmobiliaria se tenía la costumbre de escriturar por debajo del precio pagado. El resto se abonaba en negro, para lo que se utilizaban billetes de 500 euros». En julio de 2007, según Gestha, se produjo un máximo histórico de estos billetes. Cuando la burbuja estalló, esta forma de pago comenzó a disminuir. Fue sacado al mercado, los comercios lo devolvieron al Banco de España y el supervisor lo retiró. Sin embargo, según Mollinedo, este descenso se produjo «de forma más lenta que la retirada de dinero en manos del público». Por ello, el porcentaje de billetes de 500 euros respecto al dinero en circulación continuó aumentando. Además de Gestha, los inspectores de Hacienda también han valorado la decisión del BCE. José Luis Groba, presidente de los inspectores de Hacienda, cree que la medida es «positiva» y recuerda que la creación de los billetes de 500 fue una «imposición» de Alemania, que pretendía mantener una unidad similar al de 1.000 marcos. Eliminar los de 200 Sin embargo, Groba también considera que la iniciativa es «insuficiente». Los funcionarios de la Agencia Tributaria piden también «la eliminación de los billetes de 200 euros», dado que han dado refuguio en los últimos años a la economía sumergida. Groba recuerda que «muchos países como Japón o Gran Bretaña ya han suprimido sus billetes de alta denominación debido a que han servido para financiar actividades ilícitas. Lo cierto es que el anuncio de Draghi ha reabierto el debate sobre la propia viabilidad del dinero en metálico. Varios países ya han abordado el asunto. Desde el uno de enero de 2016, los comercios de Dinamarca pueden negarse a aceptar efectivo como forma de pago. Suecia va un paso por delante y puede convertirse en el primer Estado sin efectivo, gracias al auge de los pagos móviles. Francisco López Berrocal, director de la cátedra de gestión de efectivo de IE Business School, defiende que «en países desarrollados este tipo de pagos cada vez cuenta con menos peso». Los mencionados costes de gestión y almacenamiento son para el experto una razón de peso para justificar este cambio de tendencia, así como el alto grado de penetración de las tarjetas de crédito tan to en Estados Unidos como en el Viejo continente. Será, según el experto del IE, un cambio paulatino. «El BCE pretende eliminar los pagos financieros para mover dinero opaco, pero este no será un proceso inmediato. No hay que olvidar que puede suponer un problema en economías muy atomizadas, donde el dinero papel está muy arraigado». «Más del 20% de las transacciones de Visa ya se hacen a través de dispositivos móviles»Carmen Alonso, directora general en España de Visa Europe España es ejemplo de ello. Groba recuerda que nuestro país es, junto a Alemania, uno de los Estados europeos donde mayor peso tiene el dinero papel. Mantener el dinero físico también tiene una vertiente positiva. Distintos agentes advierten de que su eliminación agrandaría la brecha digital y crearía más desigualdad. Además, permitiría a las entidades bancarias aumentar su poder sobre los consumidores. Sea como fuere, resulta una obviedad que las alternativas al metálico se abren camino. España también cuenta con una tasa de penetración de los «smartphones» cercana al 90%. Estos dispositivos móviles, a su vez, han impulsado sistemas de pago digital. Carmen Alonso, directora general en España de Visa Europe, asegura que «más del 20% de las transacciones de Visa ya se hacen a través de dispositivos móviles». Alonso añade que «estamos en un cambio de tendencia. Los consumidores están dispuestos a experimentar y los sistemas de pagos electrónicos son más seguros, más cómodos y más fáciles de controlar». Según los datos que maneja la compañía, un país donde se reproduce la corrupción en partidos políticos, entidades financieras o incluso en el sector cárnico, el fraude de las transacciones electrónicas se sitúa en el 0.025%. Europa, por su parte, se sitúa en el 0,44%. El propio presidente de los inspectores de Hacienda se muestra partidario de «la eliminación completa del dinero físico» porque permitiría «eliminar» gran parte de la economía opaca. Por su dudosa aplicación en las finanzas mundanas, céntimos de cobre y billetes morados pueden ser los primeros en caer…



  • Ver original en Diario ABC
  • Publicado el lunes febrero 22, 2016


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