Family Inc.: Lecciones empresariales para el hogar – deGerencia.com
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Family Inc.: Lecciones empresariales para el hogar

No hay nada por lo que las empresas y sus ejecutivos se preocupen con más frecuencia que los beneficios, no es una métrica que el consejo de administración y los accionistas permiten olvidar. La mayoría de las familias, a diferencia de esto, no adoptan este tipo de enfoque en sus finanzas, sus bienes o las decisiones que toman.

Douglas McCormick, socio gerente de MCI Equity Partners, se pregunta por qué no lo hacen. Él aborda el asunto de forma más directa en su libro «Family Inc: el uso de los principios empresariales para maximizar el dinero de su familia» [Family Inc.: Using Business Principles to Maximize Your Family’s Wealth]. McCormick explica en el libro que todos estaríamos mucho mejor si usáramos estos principios. El autor participó en el programa de Knowledge@Wharton en Sirius XM canal 111 y discutió sobre el principal activo que a menudo olvidamos que tenemos y cómo podemos utilizarlo de forma más inteligente, así como tomar decisiones familiares basadas en la rentabilidad a largo plazo.

A continuación, la versión editada de la entrevista.

-¿Hay muchos libros por ahí hoy en día sobre cómo manejar las finanzas de la familia. ¿En qué difiere de los otros?

Douglas McCormick: En primer lugar, parece que hay un hueco en el mercado. Hay muchos libros, como usted ha dicho, que tratan el tema. Sin embargo, mi experiencia es que algunos de ellos son muy específicos y limitados cuando se trata de temas como los bienes inmuebles o la inversión en acciones. También son poco accesibles a la mayoría de los estadounidenses; otros son bastante completos, pero carecen de rigor intelectual. Lo que intenté hacer fue conseguir lo mejor de ambos mundos y dar a la gente un marco en el que puedan evaluar de manera efectiva su toda toma de decisiones.

Básicamente, la premisa del libro es que debemos pensar en nosotros mismos como negocios. Cada familia tiene, de hecho, dos activos principales: trabajo y capital. El juego financiero de la vida es aprender a convertir el trabajo en capital para apoyar a la familia después de agotado el trabajo.

-El trabajo, como usted ha dicho, ¿es el principal activo de una operación familiar hoy en día?

McCormick: Es, sin duda, el elemento más descuidado. Es interesante que la mayoría de los inversores financieros se dediquen, en una actitud miope, a los activos financieros, pero primero hay que adquirir riquezas para que se puedan administrar. Para muchos de nosotros, el trabajo es de lejos nuestro mayor activo y el más descuidado de todos.

-¿Cuántas personas, en su opinión, han decidido implementar una visión corporativa de finanzas en la familia?

McCormick: Por la experiencia que tengo, muy pocos. La industria está organizada de tal manera que las personas cuando piensan en soluciones, piensan de productos —productos de seguros, inversiones— y, de hecho, lo que sostengo es que la independencia financiera es en realidad producto de una toma de decisiones más elaborada. Hay muchos estudios en las escuelas de negocios y en las empresas estadounidenses sobre las mejores prácticas de gestión financiera, y creo que, de hecho, gran parte de ellas son importantes para las decisiones familiares, una vez que se haya definido la estructura tal y como se hace en el libro.

-Parece que, según algunas historias que hemos escuchado por ahí, muchos millennials están más preocupados por sus finanzas a largo plazo, lo cual es una buena señal —es decir, es bueno estar preocupado por esto antes de construir una familia— a pesar de que todavía tienen que hacer frente a una deuda escolar sustancial.

McCormick: Por supuesto. Creo que las personas están comenzando a lidiar con el hecho de que el juego ha cambiado realmente. En otras palabras, si nos fijamos en la generación de mi padre —que tiene casi 80 años— aquella generación probablemente tenía uno, quizá dos o tres carreras en la vida, o tres puestos de trabajo. Hoy en día, un millennial probablemente tiene más de 10. Por lo tanto, las decisiones que tienen como resultado seguridad financiera son muy diferentes para la generación del milenio de lo que eran para las generaciones anteriores.

-¿Quién está en el rango de los 20 y 30 años y piensa en ello, obviamente, tiene bastante tiempo por delante antes de retirarse. Pero ¿qué pasa con aquellos que tienen entre 40 y 50 años, algunos de los cuales estaban haciendo una buena hucha para la jubilación, tenían grandes planes, pero fueron destruidos por la recesión hace unos años?

McCormick: En primer lugar, nunca es demasiado tarde para empezar, pero es obvio que mientras más tiempo tienen las personas, mayor facilidad y más medios tienen ellas para alcanzar la independencia financiera. Dicho esto, creo que la gente a menudo subestima la variedad de opciones diferentes a su disposición y que pueden de hecho afectar a su seguridad financiera. También subestiman el tiempo que serán capaces de mantener estas inversiones. Yo diría incluso para alguien entre los 40 y 50 años de edad —usted no sólo tiene que conservar la inversión realizada hasta jubilarse, el hecho es que estas inversiones tienen que mantenerle durante 20 ó 30 años después de la jubilación. Por lo tanto, su horizonte de tiempo es relativamente largo.

Veo los beneficios de la seguridad social como otro activo clave. Se trata, básicamente, de una anualidad que usted está obligado a comprar.

La analítica financiera que se aplica a las empresas funciona con conceptos que también se pueden aplicar a la familia: cuenta de resultados, balance patrimonial, ambos bajo el punto de vista de gestión de liquidez. También creo firmemente en el espíritu empresarial. Para mí, es la ruta más apropiada para la seguridad financiera. Mi premisa básica es que los mercados financieros son muy competitivos, los mercados de trabajo son muy competitivos, pero cuando se combina trabajo con capital, pienso que creamos un retorno más sustancial.

En este dinámico mercado, el espíritu empresarial es percibido como arriesgado. De hecho, sin embargo, creo que su perfil de riesgo es mucho menor que la mayoría de lo que la gente piensa.

– ¿De qué modo los niños y la educación universitaria entran ahí?

McCormick: En primer lugar, quiero decir que podemos utilizar muchos de los principios de negocio. Esto no significa necesariamente que vamos a tomar la mejor «decisión empresarial». Mi propuesta es que tomemos decisiones informadas.

Tener hijos es, obviamente, una inversión importante y da lugar a una obligación financiera significativa. Es, sin embargo, una elección personal que las familias hacen todo el tiempo y que tiene mucho sentido. Desde el punto de vista educativo, la primera cosa que la gente tiene que admitir es la siguiente: «¿Mis hijos tienen la actitud, el deseo y el interés de seguir una carrera que requiere una formación académica?»

La peor inversión consiste en tomar un curso de cuatro años y luego no sacar ventaja de las habilidades adquiridas. Sin embargo, después de tomar la decisión, creo que la formación es una de las mejores inversiones que uno puede hacer hoy en día. Sé que hay mucha discusión sobre el costo de la educación, lo que es perfectamente oportuno, pero pienso en el retorno de la inversión en 50 años. La gente subestima a menudo cómo la educación puede ampliar la carrera de alguien. Si una persona está haciendo un trabajo manual a los 60 años, tendrá dificultades para seguir haciéndolo.

Sin embargo, si nos fijamos en el mercado vemos que hay muchas personas en sus 70 años todavía muy activas, integradas en la fuerza de trabajo, gracias a sus capacidades intelectuales.

-¿Debe haber alguien en la familia que planee gran parte de lo que sucede, o es mejor que exista una asociación real en esta dirección?

McCormick: Sí, he encontrado que, en general, en una familia, hay una persona que se interesa y tiene la aptitud y el tiempo para jugar un papel más importante en estas cuestiones. Sin embargo, creo que las decisiones, en última instancia, terminan siendo tomadas en colaboración. Debido a mi interés en el tema, me paso mucho tiempo pensando en estas cosas en casa, pero no hay duda de que los grandes compromisos y las decisiones financieras le corresponden a toda la familia.

-Aunque cada vez más la generación del milenio está esperando hasta casi los 30 años, e incluso más de treinta años, para empezar a pensar en el matrimonio y la compra de una casa, este es un plan en el que una persona debe pensar incluso antes de pensar en formar una familia, ¿verdad?

McCormick: Estoy totalmente de acuerdo. En muchos casos, la forma en que tendrá su familia depende de las decisiones que tome al principio de su vida profesional. Por lo tanto, las personas se casan más tarde, se vuelven más exigentes, no sólo con respecto a las actitudes y pautas de comportamiento, sino también a los recursos y responsabilidades.

-También habla de la herencia en el libro.

McCormick: Sí. Observé que una gran cantidad de personas pasan toda una vida acumulando riqueza, y cómo puede ser difícil hablar de ello, es probable que no haya mucho intercambio de información sobre el tema en las familias. En muchos casos, aunque se han tomado grandes decisiones financieras en la vida, las siguientes generaciones no tienen los datos para gestionar la satisfacción de la empresa familiar. Argumento que toda la familia pueda reunirse periódicamente para reflexionar sobre el «negocio» familiar. Sirve, en primer lugar, para educar a la siguiente generación y ayudarles a desarrollar habilidades y configurar de tal modo las cosas que, en una eventualidad cualquiera, exista un plan de sucesión preparado para que se pueda hacer frente de manera responsable a los activos que se están dejando.

-Imagino que la frecuencia con que ocurre este tipo de reunión familiar varíe. Obviamente, cuando hablamos de una generación todavía muy joven, las reuniones no serán tan frecuentes. Sin embargo, en la medida en que van entrando en la adolescencia, es importante que entiendan algo de lo que está sucediendo. Es importante hablar un poco acerca de un tema mencionado en el programa: dar una buena educación financiera a los jóvenes que van a la universidad, para que estén preparados para el mundo real.

McCormick: Sí. No creo que este tipo de interacción deba ocurrir con frecuencia. Creo que los niños observan cómo los padres toman decisiones. Ellos están aprendiendo todo el tiempo. Sin embargo, si su actitud es similar a la de una empresa que tiene previsto una reunión anual —es decir, una vez al año se sienta con la familia y les explica su situación financiera, creo que es muy bueno. También creo que es importante cometer errores, especialmente en el caso de los jóvenes. Dé a sus hijos la oportunidad de cometer errores en pequeña escala —ya sea a través de malas decisiones tomadas en el uso de las dietas o la tarjeta de crédito— tiene su valor, y es preferible que los comentan ahora que más tarde, con cantidades superiores.

– Volviendo a su fe en el espíritu empresarial y el amor que siente por él. Es muy común aquí en la Universidad de Pennsylvania, en Wharton, que muchos jóvenes salgan de la universidad con el deseo de iniciar un negocio, o incluso abrirlo antes de entrar en la universidad. El proceso de emprender no es simple, pero no tiene por qué ser algo abrumador o algo que se considere imposible.

McCormick: El mayor obstáculo para el espíritu empresarial es, probablemente, el inicio, es decir, comenzar. A menudo hay muchas cosas que le gustaría saber, pero no las sabe y solo las sabrá cuando sale ahí fuera y las persigue.

-Si estuviese con un grupo de universitarios recién graduados, ¿qué le gustaría decirles?

McCormick: En primer lugar, les felicitaría por haber hecho esta inversión tan importante en educación. Ahora es el momento de pensar en cómo transformar en dinero esta inversión. En el grupo de edad que se encuentran, lo importante es maximizar el valor a largo plazo del trabajo. Hay algunas cuestiones fundamentales en este caso. La primera de ellas, repito, no es fijar el sueldo anual. Toda la atención debe centrarse en la adquisición de las habilidades requeridas por la economía durante mucho tiempo.

Encontrar una empresa que ofrezca buenas perspectivas de crecimiento, no sólo porque esté creciendo, sino debido a su crecimiento puede proporcionarle la oportunidad de desarrollar su conjunto de habilidades. En el caso de los jóvenes, encontrar una compañía de marca excepcional en la que trabajar, mientras piensan dónde quieren ir después de su primer empleo.

Por último, me parece que es importante conocer las situaciones que ofrecen una gran flexibilidad. En otras palabras, el mercado está cambiando rápidamente y es importante que se puedan utilizar los conocimientos adquiridos en sus actuales puestos de trabajo en otras industrias y mercados. En muchos casos, esto acaba llevándome a pensar que los conjuntos de habilidades funcionales, ya sea en finanzas, marketing, gestión de recursos humanos y operaciones son atractivos porque no están necesariamente atados a una industria, sino a un conjunto de habilidades que se pueden utilizar en diversas industrias…



  • Ver original en America Economia
  • Publicado el miércoles septiembre 28, 2016


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