Cómo combatir el racismo y todo tipo de discriminación en el trabajo
El asesinato de George Floyd ha desatado una ola de manifestaciones contra el racismo y la discriminación en Estados Unidos. La solidaridad con la víctima y el rechazo a la segregación (no oficial) han encontrado eco en otras sociedades a nivel mundial, incluida la de México.
Aprovechando la coyuntura, cabe preguntarnos si las y los mexicanos estamos exentos de cometer actos de ese tipo, ya que, de acuerdo con Mónica Maccise Duayhe, presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), “padecemos de una dificultad culturalmente construida” para aceptarnos como una sociedad racista. En México “el racismo se expresa en el acceso a los derechos, las oportunidades de educación, oportunidades de trabajo y la movilidad social, que están condicionados por el tono de piel de las personas”, afirmó.
Lo anterior es coincidente con una encuesta realizada por OCC Mundial sobre discriminación en el mercado laboral mexicano. Según estos datos, los orígenes de dicha problemática se encuentran en la apariencia física, el género, la orientación sexual, edad, discapacidad y la condición socioeconómica.
Más allá de la indignación y las opiniones que este tipo de injusticias generan, debemos preguntarnos ¿qué acciones concretas podemos llevar a cabo en nuestro entorno cotidiano para erradicarlas?, ¿cómo nos comprometemos para que nuestras decisiones no se sometan a los prejuicios y estereotipos en ambientes tan importantes como el trabajo? e, incluso, ¿cuáles son los beneficios que una cultura laboral incluyente puede aportar a nuestra organización?
A continuación, algunos ejemplos en los que una nueva visión de las organizaciones empresariales sobre el potencial humano, respetuosa e incluyente, contribuye a la sociedad en su conjunto:
Discriminación por tono de piel
Este ha sido uno de los temas centrales a nivel mundial en los días recientes y la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (Enadis) del Inegi nos ilustra por qué: “Sólo el 14.6% de las personas con tonos de piel más oscuros se desempeñan en el tope de la pirámide laboral”, es decir, como profesionistas, funcionarios o jefes.
La tendencia varía entre las personas con tonos de piel intermedios (21.3%) y entre las personas con tonos de piel más claros (26.7%). A esto se suma que “es menos frecuente que las personas con tonos de piel más oscuros tengan un empleo con contrato formal”.
Para OCC Mundial, “una empresa inclusiva y abierta se refiere a las que reclutan, aceptan y/o promueven a personas de todo tipo sin importar su religión, nacionalidad, color de piel, nivel socioeconómico, entre otras características”. Son organizaciones que no toleran ningún tipo de discriminación, promueven la equidad en sus empleados y el respeto sea cual sea su condición.
Crear y fortalecer una cultura laboral que respete la diversidad de las personas y reconozca sus talentos y valores individuales genera beneficios a las organizaciones porque mejora su imagen ante sus colaboradores y clientes, aumenta el compromiso y productividad de sus empleados, genera un sentido de pertenencia que ayuda a promover los valores de la compañía, además de alentar el desarrollo proyectos innovadores en beneficio de la organización.
A decir de la OIT, es un hecho que “cientos de millones de personas son víctimas de la discriminación en el mundo del trabajo”, lo que “viola derechos humanos fundamentales, y además tiene profundas consecuencias económicas y sociales”.
Reconocer este problema es el inicio para resolverlo.
A personas con discapacidad
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el 80% de los aproximadamente mil millones de personas con alguna discapacidad están en edad laboral. Sin embargo, su derecho a un trabajo decente (el que se realiza con respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación), es con frecuencia denegado.
“Las personas con discapacidad, en particular las mujeres con discapacidad, se enfrentan a enormes barreras actitudinales, físicas y de la información que dificultan el disfrute a la igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo”, afirma este organismo internacional del que México es integrante desde 1931.
Cada 27 de febrero se conmemora en nuestro país el Día Nacional de la Inclusión Laboral, en este marco la Secretaría del Trabajo y Previsión Social afirma que contratar a personas con alguna discapacidad “se traduce en incremento a la productividad general”, ya que “generalmente tienen mucha disposición para el trabajo y son catalogados como trabajadores leales y estables, con baja tasa de rotación, ausentismo y accidentabilidad”.
Por si lo anterior fuera poco, el consultor en temas fiscales y académico de la UNITEC, José Luis Hernández Bonilla señala que emplear a personas de este sector aportan beneficios como la deducción al 100 por ciento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y sobre Nómina, entre otros. “Además, todas las adecuaciones a las instalaciones enfocadas a este personal son deducibles en su totalidad como parte del activo fijo”.
Por género
Si bien hay avances, el camino para que mujeres obtengan un trabajo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana aún es cuesta arriba.
En el capítulo “Feminismo, ¿por qué todavía es necesario?” de la serie “History 101” (Historia: Nivel 1, Netflix, 2020), muestra que luego de reducirse poco a poco desde los años 60, la brecha salarial entre hombres y mujeres en Estados Unidos indica que, en 1998, por cada dólar ganado por un hombre, una mujer obtuvo sólo 73 centavos. Para 2019, por cada dólar percibido por un empleado masculino, una mujer obtuvo 80 centavos. “Si nada cambia, las mujeres tardarán 40 años más en recibir la misma paga por el mismo trabajo”, se advierte.
Según otra encuesta de OCC México, 70% de las mujeres considera que existe desigualdad en oportunidades de crecimiento, 66% en desigualdad de salario y 47% en permisos o prestaciones”.
Por edad
Según la más reciente Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS), el 25.9 por ciento de las mujeres y el 26.9 por ciento de los hombres encuestados, uno de cada cuatro, declararon haber sido discriminados en el último año por su edad. El 57 por ciento de las personas adultas entrevistadas opinó que en el país se respetan poco o nada sus derechos; entre los adolescentes y jóvenes encuestados, el porcentaje fue de 47. En ambos grupos, los principales ámbitos señalados como escenario de la discriminación fueron el trabajo o escuela, la calle o transporte público, y el entorno familiar.
Según Great Place to Work México, algunas buenas prácticas implementadas por empresas líderes contemplan brindar oportunidades a líderes de edad avanzada, permitiéndoles rediseñar su rol en la compañía, convertirlos en mentores o instructores, e incluso reclutar a personas de la tercera edad con habilidades administrativas con flexibilidad para laborar jornadas cortas o medios tiempos.
La generación de oportunidades para la población más joven en edad de trabajar es un tema pendiente de resolver por la sociedad mexicana. Según la ENADIS, “el desempleo es un problema que afecta de manera desproporcionada a las y los jóvenes”.
Por diversidad sexual
Cuando se refiere a la discriminación en el mercado laboral, la Enadis señala que “el acceso desigual al mercado de trabajo remunerado es un indicador de las barreras que enfrentan distintos grupos de la población para ejercer su derecho a un trabajo decente”. Asimismo, afirma que “los derechos de las personas de la diversidad sexual y de género y de las personas indígenas son los que se perciben como menos respetados”.
El panorama se vuelve más desalentador al ver de cerca los datos: la mayoría de las personas encuestadas considera que se respetan poco o nada los derechos de las personas trans (71.9%), gays y lesbianas (65.6%), indígenas (65.4%) y trabajadoras del hogar remuneradas (62%).
Como en el campo del género, el tema de la diversidad ha ganado batallas poco a poco en las familias, en las calles… y en los centros laborales. Las empresas son más conscientes de los beneficios que aporta el maximizar el potencial individual de las personas e integrar la diversidad de talentos y experiencia.