Argentina se arriesga a mayor inflación al acelerar devaluación del peso
El peso argentino registra la mayor depreciación en una década, la pérdida de valor de la moneda puede acelerar inflación
La presidenta argentina, Cristina Fernández, critica frecuentemente a los que piden una devaluación de la moneda local para morigerar el impacto de la alta inflación sobre la competividad del país.Pero, sigilosamente y fuera de los focos de las cámaras, el Banco Central ha intervenido casi a diario en el mercado local para permitir al peso registrar en lo que va del año su mayor depreciación en más de un década.El retroceso del peso busca mantener la moneda competitiva respecto al real brasileño, que este año se depreció casi un 10%. Más de un 40% de las exportaciones industriales argentinas y un 80% de las de automotores tienen como destino la mayor economía latinoamericana.Pero, la depreciación cambiaria luce insuficiente para mejorar el perfil exportador de un país con una de las mayores tasas de inflación del mundo y donde la única fuente de divisas son sus ventas externas, según analistas. Por el contrario, la devaluación amenaza con agregar presión sobre los precios.Desde enero, el peso argentino se depreció un 16% frente a la moneda estadounidense en el mercado interbancario al alrededor de 5,79 pesos por dólar al cierre del viernes pasado.Se espera que termine el año por primera vez en una década con una caída similar al nivel de la inflación , que se prevé ronde el 25% según estimaciones privadas. Las desprestigiadas estadísticas oficiales la ubican un poco por encima del 10% anual.Pero, economistas advierten que la depreciación cambiaria tendrá un efecto limitado sobre la competitividad.Los precios minoristas crecieron más de un 150% en Argentina desde el 2007 de acuerdo a cálculos de economistas, cuando comenzaron su escalada por un fuerte consumo doméstico y el pobre nivel de inversiones. En ese lapso, la moneda argentina apenas perdió poco más de un 40% de su valor.»Tienen que aumentar más la devaluación para adecuarse al aumento de los precios», dijo el economista Rodolfo Rossi, un ex presidente del Banco Central.El retroceso del peso en lo que va del 2013 es el mayor desde que cerró el 2002 con una devaluación de un 70% luego de que el país abandonara una década convertibilidad cambiaria en medio de una fuerte crisis que llevó la economía a la quiebra .»Si uno toma el dólar de 1,4 pesos cuando (el presidente Eduardo Duhalde) devalúa en enero del 2002 y ese dólar hubiera aumentado al mismo ritmo de la tasa de inflación , descontada la inflación de Estados Unidos, a valores de agosto tendría que haber estado en 9,3 (pesos por dólares)», explicó el economista Roberto Cachanovsky en referencia al atraso del tipo de cambio .El peso cotiza a alrededor de ese nivel en el mercado negro, donde desde hace dos años empresas y ahorristas se ven obligados a recurrir para comprar divisas debido a un control de cambios impuesto por el Gobierno para frenar una fuga de capitales que drenó las reservas del Banco Central.Desde la devaluación del 2002, el superávit comercial ha venido cayendo en relación al Producto Interior Bruto (PIB) por la menor competitividad. Hace una década superaba el 12% del PIB y para este año se espera que ronde el 1,8%, según estimaciones de la consultora local DNI.La falta de divisas obligó al Banco Central a volcar cientos de millones de dólares de sus reservas en el mercado cambiario para financiar el comercio exterior. La entidad también le gira fondos al Tesoro para que el Estado pague sus vencimientos de deuda en moneda extranjera.Las reservas de la entidad cayeron este año un 18,7% a $35.179 millones al 19 de septiembre, su menor nivel desde marzo del 2007.MAYOR INFLACIONAnalistas esperan que la caída del peso añada cierta presión sobre los precios.»Esta estrategia es riesgosa en términos de inflación «, dijo la consultora Ecolatina en un informe.»El año pasado, el tipo de cambio oficial se depreció 14% y la inflación se aceleleró más de 2 puntos porcentuales respecto del promedio 2007-2011. Cabe destacar que durante esos años (…) el peso se devaluó a una tasa promedio del 7% anual», explicó.Los sectores industriales que han sugerido una corrección del tipo de cambio para apuntalar la competitividad de sus exportaciones han chocado con la férrea negativa de Fernández, que los ha acusado de querer provocar una nueva crisis económica y hasta de intentar desestabilizar a su Gobierno.La devaluación también pone en aprietos al Gobierno a la hora de financiar las millonarias importaciones de gas natural que se ve obligado a realizar cada año por el derrumbe de la producción de hidrocarburos del país.Gran parte de los dólares que ingresan al país por las enormes exportadores agropecuarias salen por las compras de energía.El estancamiento de las exportaciones y el incremento de las importaciones de gas natural derrumbaron un 32% interanual el superávit comercial entre enero y agosto.Para defender el saldo comercial, el Gobierno impuso un sistema de trabas a las importaciones que llevó a algunos de sus socios comerciales a denunciarlo ante la Organización Mundial del Comercio.