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Fallos, errores, vicios en el pensamiento cotidiano

Identifiquemos vicios y errores (nuestros o percibidos en los demás) en las cavilaciones cotidianas. Quizá quepa relacionarlos con una educación que ha preterido el pensamiento crítico, aunque también responderían a circunstancias, intereses, sentimientos, inquietudes, mentalidades, etc. La lista siguiente recoge resultados de un prolongado brainstorming informal entre colegas consultores. Podemos encontrar algunos solapes y hasta formulaciones en que se mezcla lo cognitivo con actitudes o actuaciones; pero puede que el conjunto resulte revelador.

Sí, en ocasiones falta rigor o disciplina en nuestros procesos cognitivos, sin ser conscientes de ello. Tomemos conciencia y tratemos de cultivar un pensamiento de calidad, penetrante y autocontrolado, tras las conclusiones más acertadas. Veamos:

  • A veces opinamos con ligereza, faltos de información-conocimiento.
  • Nos precipitamos en las inferencias y las desplegamos sin rigor.
  • Queriendo manipular, acudimos a la grandilocuencia y la adulación.
  • No estudiamos lo suficiente las causas y consecuencias.
  • Olvidamos que algunas consecuencias piden tiempo para dejarse ver.
  • En las reuniones, tomamos decisiones más por cansancio que por consenso.
  • Se ve que no desarrollamos bien la empatía emocional ni la cognitiva.
  • Perdemos el foco, nos vamos por las ramas y acaso no retornamos.
  • No buscamos la verdad, sino aquella información que avala nuestras tesis.
  • Mostramos nula o baja receptividad al feedback.
  • No aprovechamos la experiencia ajena, la subestimamos.
  • Al optar, al elegir, tendemos a tomar el camino más cómodo.
  • Los argumentos, las ideas, se nos ocurren a destiempo.
  • A veces resultamos extravagantes cuando queremos ser creativos.
  • Nos falta amplitud de miras y tomar otras perspectivas.
  • No sabemos callarnos a tiempo y prolongamos discusiones en vano.
  • Irrumpimos en espacios de responsabilidad-incumbencia ajenos.
  • Nos empeñamos en llevar razón y desmontar argumentos de los demás.
  • Soltamos rollos que no vienen a cuento ni interesan.
  • Nos cuesta detectar, admitir y rectificar los errores cometidos.
  • En reuniones, hacemos preguntas inútiles o inoportunas.
  • A veces nos cuesta cambiar de asunto de golpe, aparcar temas.
  • Subestimamos la inteligencia y creatividad ajenas.
  • Las preocupaciones nos bloquean el cerebro.
  • Nos dejamos impresionar por las formas, en perjuicio de los fondos.
  • Desdibujamos y adulteramos los conceptos a conveniencia.
  • Nos creemos buenos en casi todo, cuando solo lo somos en algo.
  • Somos imprecisos o tendenciosos al establecer conexiones o analogías.
  • Creemos ver las cosas como son, pero las vemos desde una mentalidad particular.
  • Nos falta humildad y la soberbia estrecha nuestras miras.
  • El empeño en justificarnos nos lleva a veces al absurdo o lo grotesco.
  • Tardamos demasiado en madurar y resultamos bastante primarios.
  • No escuchamos, no dialogamos; son monólogos sucesivos.
  • Nos engañamos a nosotros mismos, para neutralizar la conciencia de delit .
  • A menudo preferimos que nos lo den pensado: es pereza intelectual.
  • En ocasiones reducimos los problemas a falsos dilemas.
  • Nos cuesta gobernar nuestra atención, concentrarnos, mantener el foco.
  • Hacemos análisis superficiales que nos llevan a conclusiones erróneas.
  • Confundimos la intuición con la sospecha, la conjetura, la suposición o el deseo.
  • Fundimos-confundimos la brillantez dialéctica con el hecho de llevar razón.
  • Establecemos metas equivocadas o demasiado ambiciosas.
  • Nos falta tolerancia al estrés, a la concurrencia de tareas-asuntos.
  • No controlamos nuestra propia voluntad, y queremos controlar otras.
  • Interesada o erróneamente, atribuimos determinadas opiniones a los demás.
  • Subordinamos el sentido común a nuestra lectura del protocolo-norma.
  • Incurrimos en malentendidos, en falsas interpretaciones.
  • Fallamos en el modus operandi y acaso damos palos de ciego.
  • Somos demasiado ingenuos-crédulos, o demasiado escépticos.
  • Desplegamos argumentaciones o alegaciones débiles, inconsistentes.
  • En ocasiones tenemos razón, pero la perdemos con las formas.
  • A veces matamos moscas a cañonazos.
  • Elegimos equivocadamente con demasiada frecuencia y en temas trascendentes.
  • Damos en falso por concluidas las tareas, o por solucionados los problemas.
  • Pensamos (sociocentrismo) de modo muy influido por el grupo a que pertenecemos.
  • Buscamos nuestro beneficio, sin importar mucho el de los demás.
  • Nos falta flexibilidad cognitiva (importantísima) y emocional.
  • En la tarea, no pensamos tanto en el resultado como en el informe que haremos.
  • No nos conocemos a nosotros mismos, ni sabemos cómo nos ven los demás.
  • A mitad del camino, se nos olvida la meta.
  • Son los deseos, y no las realidades, los que orientan deducciones y conclusiones.
  • No somos auténticamente empáticos, ni siquiera cuando creemos serlo.
  • En lo cultural-moral, tenemos creencias arraigadas que deberíamos revisar.
  • Desaprovechamos la ayuda de la intuición genuina.
  • Cuando falta información, tendemos a dar por buenas las suposiciones y conjeturas.

Ideas como estas (y otras que el lector aportaría desde su propia perspectiva y experiencia) nos vienen ciertamente a la cabeza cuando queremos identificar frecuentes fallos o trampas en el pensamiento cotidiano; en el nuestro, o en el de quienes nos rodean. Frente a todo ello, el pensador crítico, el que trata de contrastar su información y razonar siempre con esmero, cuestiona sus procesos cognitivos en beneficio del buen juicio al que aspira.

Parece que, entre otras carencias, nos falta especialmente autocontrol al pensar; con frecuencia nos falta desplegar el propio control de calidad cognitiva. Seamos, seamos sí, conscientes de nuestros fallos, sean los mencionados u otros.

Jose Enebral Fernandez

Consultor de Management y Recursos Humanos, el ingeniero madrileño José Enebral colabora desde hace años con diferentes medios impresos españoles y americanos (Capital Humano, Training & Development Digest, Nueva Empresa, Learning Review, Coaching Magazine...), e igualmente publica sus artículos en nuestro portal y en otros de la Red, como gurusonline.tv,...

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Un comentario sobre “Fallos, errores, vicios en el pensamiento cotidiano

  • el febrero 11, 2021 a las 8:03 am
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    Muchas gracia spor su aportación. Muy aleccionadora su aportación a mi búsqueda de claridad en este momento y en mis propósitos a futuro.

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