Anatomía aleccionadora de un Management Buy Out – deGerencia.com

Anatomía aleccionadora de un Management Buy Out

En España y por ejemplo, resulta difícil hablar de innovación sin citar a Inditex, de servicio al cliente sin citar a El Corte Inglés, de proyección internacional sin citar a Freixenet, o, alejándonos de grandes firmas pero acercándonos a nuestro propósito, de e-learning sin referirnos a algunas empresas pioneras, como FYCSA, que ya suministraba productos de Enseñanza Asistida por Ordenador a Alcatel y Telefónica, a finales de los 80. Hay naturalmente, en nuestro país, otras muchas –muchas– organizaciones que han destacado por algunos o varios aspectos de la relación con sus clientes, con sus personas, etc., y cabe hablar de espectaculares aciertos, como también de algún traspié aleccionador. No siempre nos detenemos a extraer las enseñanzas que se nos ofrecen, pero el método del caso es muy utilizado por los directivos, y también leemos a menudo artículos que intentan ofrecernos estos ejemplos a consideración. Nosotros, atentos al mundo del e-learning, comentamos aquí la trayectoria de un destacado proveedor de productos y servicios de formación para empresas, y lo hacemos para reflexionar sobre la audacia y publicidad de sus apuestas estratégicas, tras salir del grupo Alcatel mediante un singular Management Buy Out (MBO), orquestado con la consultora Gestlink.

FYCSA se creó en 1985, por iniciativa de Miguel Ángel Canalejo, a partir del departamento de formación de Standard Eléctrica, todavía vinculada a ITT. Pronto Standard Eléctrica fue adquirida por Alcatel, pero M. A. Canalejo continuó como CEO de la organización, y FYCSA era ya una incipiente realidad, como empresa de formación y consultoría que daba servicio a empleados y clientes de Alcatel Standard Eléctrica (luego Alcatel España), y que pronto hizo nuevos clientes en el sector público y en el privado. Proporcionaba formación a técnicos y titulados de grandes organizaciones, tanto en materias técnicas (Informática y Telecomunicación) como en habilidades directivas. FYCSA, que en su primer ejercicio (1986) facturó unos 600 millones de pesetas, llegó a facturar cerca de 2.500 millones de pesetas a principios de los 90, y dedicaba por entonces un importante esfuerzo a la investigación de nuevas tecnologías para el aprendizaje. Su actividad formativa era fundamentalmente tradicional, pero ya en los primeros 90 había desarrollado productos de Enseñanza Asistida por Ordenador para Telefónica, Iberia y Alcatel, y también sistemas de vídeo interactivo para Retevisión, Alcatel y Sociedad del Quinto Centenario. Tras los primeros cinco años de andadura, se hablaba, internamente, de una exitosa trayectoria.

Al final de 1995, la dirección general pasó a José Ignacio Díez, procedente de Alcatel. A partir de entonces, la facturación fue reduciéndose lentamente pero se consolidó la apuesta estratégica por el e-learning, como emergente método de aprendizaje continuo en las empresas. FYCSA mantuvo un área de Telecomunicación e Informática para dar servicio principalmente a clientes y empleados de Alcatel, y, en su actividad de consultoría y desarrollo de directivos, se centró en lo que denominó sus “productos estrella”: Liderazgo, Trabajo en equipo, Análisis de procesos, Orientación al cliente, Mandos intermedios, Dirección de proyectos… Por dar una idea de su capacidad, en 1998 más de 600 titulados y técnicos de 30 países (de Europa, América, Asia y África) recibieron de FYCSA formación en sistemas y tecnologías de telecomunicación.

En esta segunda mitad de los 90, Díez firmó numerosas alianzas estratégicas en España, en otros países europeos y también en América, y puso gran empeño en hacer aparecer FYCSA en los medios, además de editar un boletín corporativo propio, de carácter bimestral, para su difusión entre clientes. Por ejemplo, FYCSA llegó a un acuerdo con la empresa francesa Computer Channel para la traducción y comercialización en España de vídeos didácticos; se introdujo en el sector turístico y colaboró de manera continuada con la FER; cada año podía visitarse su stand en FITUR; se encargó del suplemento bimestral IH-Formación, del semanario IH; creó el Instituto de Turismo Europeo, con DEREC e IFATUR; preparó un curso superior de gestión hotelera en colaboración con el Centro Internacional Carlos V… Por otra parte, FYCSA estableció un acuerdo con una consultora de Buenos Aires, como entidad franquiciada para comercializar de manera exclusiva sus productos formativos en Argentina. También firmó una alianza con PricewaterhouseCoopers en 1999, en materia de e-learning. Empero, la facturación parecía en aquellos años contenida por debajo de los 2.000 millones de pesetas.

Año 2000: el Management Buy Out

En la primavera de 2000 y en representación de Alcatel, Miguel Ángel Canalejo vendía FYCSA a una sociedad a tal efecto creada en Madrid y llamada Cartera FYCSA, presidida por Javier Vega de Seoane y participada por la consultora Gestlink, especialista en MBO y en crecimiento de las empresas. Su capital social eran 10 millones de pesetas. Todo lo anterior para significar que una nueva FYCSA nacía en mayo de 2000, con intención de crecer muy rápidamente, fuera de las rigideces funcionales del grupo Alcatel, bajo la tutela de Gestlink y presidida por Javier Vega de Seoane. Y con una visible ofensiva en los medios de comunicación. De modo que en junio de 2000, FYCSA ya no pertenecía a Alcatel, sino a una sociedad endeudada con Alcatel España (el importe de la venta eran 445 millones de ptas., a pagar en cuatro años) y llamada Cartera FYCSA, que pronto absorbió a la propia FYCSA, tomando su nombre. Por su parte, Alcatel se comprometía a seguir haciendo pedidos a FYCSA durante los primeros años: 360 millones de pts. durante los primeros doce meses, 300 millones durante los siguientes doce meses…

Decía Virgilio que la fortuna premia a los audaces, y todo pintaba bien para la nueva FYCSA. Dentro del mismo año 2000, 25 nuevos consultores se incorporaron a la plantilla, y sabemos también que por entonces la compañía contaba con un catálogo de más de 60 cursos on line, aunque lo más habitual era la producción de cursos a medida. (Hoy, ya en 2004, esta compañía declara disponer de unos 500 títulos en su catálogo).

El año 2001

Al principio de 2001 se fueron incorporando 8 consultores más, hasta completar una plantilla de alrededor de 70 personas. La nueva FYCSA, presidida por Javier Vega de Seoane y con José Ignacio Díez como consejero delegado, era frecuente noticia en los medios del sector, y hacía pública en junio su intención de facturar 5.000 millones de pesetas (30 millones de euros) en 2003; las notas de prensa añadían que el 70 % de la facturación correspondería a la actividad de e-learning. En seguida surgió en Madrid, por cierto, la Asociación de Proveedores de e-Learning (APeL), de la que José Ignacio Díez fue nombrado tesorero (recientemente, ya en 2004, ha sido elegido vicepresidente); y también se había creado Aefol, Asociación de E-learning y Formación On Line, en Barcelona. El sector esperaba un rápido crecimiento, y parecía organizarse para ello.

Este año, el consejero delegado publicaba un interesante artículo en Dirección y Progreso, luego reproducido en el propio boletín bimestral de FYCSA; en el mismo se leía: “Un elemento esencial de la industria del e-learning son los contenidos, y de hecho en este momento es crítico por la carencia de los mismos en las cantidades y calidades necesarias”. No obstante, Díez señalaba la necesidad de otros elementos en sinergia: “Excelentes contenidos colgados de potentes plataformas serán un fracaso si la concepción del proceso metodológico no ha sido adecuada”. FYCSA avanzaba en los tres pilares de este business: contenidos, tecnología y servicios. Por entonces, eran frecuentes los artículos de consultores de esta empresa, en medios impresos y electrónicos.

Las ventas de FYCSA en 2001 apenas llegaron a los 7 millones y medio de euros, pero hubo beneficios, como en toda la historia anterior de la compañía; quizá también porque Alcatel seguía siendo el principal cliente, que incluso pagaba importantes indemnizaciones (unos 500.000 euros en este año) si no hacía efectivos sus pedidos previstos. A pesar de que la facturación era todavía modesta (la mitad que al principio de los 90), se había asumido el reto de multiplicar por 4 las ventas, en dos años. Aquí queremos ya subrayar este gran objetivo, sustentado en las grandes posibilidades de crecimiento del prometedor sector del e-learning en España. Con este reto se iba a encarar el ejercicio de 2002: propiciar la consecución de la facturación anunciada para 2003, que supondría una sólida posición de liderazgo en el mercado del e-learning corporativo en nuestro país.

Entre otras apariciones en los medios, se publicó también un extenso reportaje en la revista Ranking, sobre la vida y aficiones artísticas y deportivas del consejero delegado, incluyendo una foto suya de adolescente, y también una foto “de familia” del equipo directivo de la compañía. Fue asimismo este año cuando Miguel Ángel Canalejo, ya expresidente de Alcatel España, se incorporó al Consejo de Administración de FYCSA. Y también este año, los 6 socios directores se dotaban de coches de lujo a cargo de la compañía, en beneficio de la imagen que correspondía a la nueva FYCSA.

Año 2002: algo va mal

Este era un año crucial, pero las cosas no avanzaban como se esperaba: algunos de los consultores que se habían incorporado tuvieron que salir de la organización ya en abril. La presidencia pasó de Javier Vega de Seoane a Miguel Ángel Canalejo, que presidía ahora la empresa que había vendido él mismo. El capital social, inicialmente de 10 millones de pts., pasó a ser de 600.000 euros. Para propiciar el deseado crecimiento, se dio forma al “grupo FYCSA”, formado por tres empresas (unas 80 personas en plantilla total): la propia FYCSA como empresa “madre”, una división segregada (Internet Training Center) para la formación relacionada con redes de telecomunicación, y una consultora catalana, ECG. Para conducirlas a la consecución de objetivos, se contaba con tres directores generales: Ramón Casadesús por ECG (en Barcelona), Mariano Sanz por ITC (en Madrid), y Raúl González, gran experto en Contabilidad, por FYCSA (en Madrid). Dentro de los objetivos de marketing, y aunque las cifras seguían por debajo de previsiones, se hizo, el día 27 de junio y con visible solemnidad, un acto de presentación del grupo en el Salón de los Espejos del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, con intervención del Cuarteto de Cuerdas del Conservatorio y conferencia de Eduard Punset.

Parece que la idea de crecimiento rápido apuntaba ya a la fusión de empresas consultoras, aunque no nos consta que ECG (alrededor de una docena de personas), fundada en Barcelona en 1985, tuviera experiencia en e-learning. En suma, el grupo FYCSA parecía dispuesto a incorporar nuevas empresas en diferentes lugares de España y Latinoamérica, y Barcelona había sido un primer paso, aparentemente firme.

Las cifras no mejoraban y, aunque la plantilla había crecido muy sensiblemente en FYCSA-Madrid desde el MBO (de unas 40 a más de 70 personas), sólo cuatro meses después del solemne acto del Liceo y tras una nueva reorganización comercial, se introdujeron nuevos recortes en los recursos humanos. En Madrid, se pidió a 15 personas que firmaran una novación de contrato, reduciendo al 50% su dedicación y salario por un periodo máximo de 14 meses; y se pidió a 3 personas más que firmaran una excedencia por el mismo periodo. La no aceptación por una mayoría de afectados, condujo a la ejecución de algunos despidos entre el personal de mayor antigüedad y contrato fijo. El previsto crecimiento rápido y exitoso de la compañía parecía retrasarse.

El año acabó con más de 1.600.000 euros de pérdidas declaradas en el grupo FYCSA (repartidas entre las tres empresas: FYCSA, ITC y ECG), sobre una facturación total de 6,1 millones de euros: han leído bien. Un bajón en las ventas y cuantiosas pérdidas. Algo impensable, tras la trayectoria anterior de la compañía, que siempre había mostrado una gran solidez dentro del grupo Alcatel; como muestra de ello, José Ignacio Díez había sido distinguido con el prestigioso Honorary Degree de ESERP, en 1998. ¿Qué había fallado? ¿Cómo pueden tres empresas de sólida trayectoria alcanzar tan elevadas pérdidas inmediatamente después de asociarse, y de celebrarlo en el Liceo de Barcelona?

Año 2003: mensajes al mercado

Este nuevo ejercicio comenzó ya reduciendo a algo más de 7 millones de euros las previsiones de facturación. En definitiva, FYCSA, que en junio de 2001 hacía pública su intención de facturar 30 millones de euros en 2003 –más de 20 en la actividad de e-learning–, tuvo que reducir sus previsiones a la cuarta parte, poco más de un año después, y a pesar de unirse a ECG. Hemos de suponer que las intenciones de FYCSA estaban sólidamente fundamentadas en 2001, porque de otro modo no las habría hecho innecesariamente públicas mediante notas de prensa. No tenemos cifras oficiales de este ejercicio 2003, pero, tras la bancarrota de 2002, parece que la facturación no ha quedado lejos de las, ya corregidas, previsiones.

Al comienzo de 2003 y tras cinco años de aparición bimestral, se suspendió temporalmente la publicación del boletín bimestral “In-formación” de FYCSA para clientes, aunque este proveedor de contenidos y servicios de e-learning patrocinó entonces un interesante libro editado por Aedipe-Pearson: “e-Learning. Las mejores prácticas en España”. En él, el consejero delegado hace declaraciones sorprendentes, relativizando la contribución de los contenidos al éxito de la formación on line, y aconsejando expresamente a las empresas que dosifiquen bien su inversión en los mismos. “Los contenidos –dice– han sido magnificados durante estos tres o cuatro años pasados, sin que se entienda muy bien la razón”. Y añade: “Quien más y quien menos se ha visto obligado a adquirir conocimientos complejos con medios precarios. Recordemos la universidad, con los libros de texto disponibles o las fotocopias de los apuntes del más estudioso de la clase: contenidos más precarios, imposible”. Se diría que José Ignacio Díez relativiza los contenidos tanto en la formación on line, como en la presencial.

Razones habrá para ellas, pero sorprenden estas declaraciones de quien produce y vende contenidos on line, a medida y de catálogo; por eso hemos intentado (sin conseguirlo) obtener aclaraciones o matizaciones. Sin ellas, percibimos una cierta repentina desatención a las expectativas de los usuarios: “Es obvio –añade Díez, refiriéndose a los contenidos– que cuanto más atractivos sean y mejor se hayan desarrollado pedagógicamente, mayor será su aceptación por los alumnos; pero no está claro que ésta sea la clave del autoestudio”. Esta posición de Díez sobre la satisfacción de los usuarios de e-learning, contrasta con la que él mismo sostenía en 1999: “Sabemos que el individuo debe aprender de manera eficiente y debe sentirse satisfecho mientras lo hace: uno de los propósitos, ocultos o no, de estos sistemas autoconducidos es que el alumno tome conciencia de sus progresos y disfrute del aprendizaje”. Y tampoco parece coincidir ya su posición ante la calidad de los contenidos, con la que había formulado en Dirección y Progreso en 2001, cuando se proponía un crecimiento espectacular de la compañía.

Volviendo a 2003, y a las declaraciones de Díez en el libro patrocinado, llama asimismo la atención que, por éxito en los proyectos de e-learning, FYCSA entiende la obtención de un end rate (porcentaje de alumnos que concluyen los cursos) superior al 75%, sin aludir a la eficacia del aprendizaje interpretada según los niveles de Kirkpatrick (ya el director general, Raúl González, había sostenido públicamente este criterio meses antes). Dice Díez en el libro: “Es relevante destacar que en los casos con éxito, considerando como tal alcanzar un end rate mayor del 75%, (…) siendo en unos casos el factor de éxito principal la motivación de las personas…”. Hemos leído en Internet que, en los proyectos de e-learning que gestiona, FYCSA declara obtener un end rate superior al 72,6%. Parece en definitiva que esta empresa, no sabemos si de acuerdo con sus clientes, mide el éxito del e-learning por el número de personas que concluyen los cursos, al margen de la mejora obtenida en su desempeño profesional, o quizá dada ésta por segura.

En otro momento, Díez apunta otras medidas (del éxito) más globales: “éxitos abrumadores medidos con cualquiera de los índices conocidos: personas implicadas en formación on line sobre plantilla total, que superan el 50%; horas de formación on line sobre horas totales de formación que alcanzan cifras del 40%; start rates y end rates por encima del 80 ó 90%; reducciones del coste de la formación…”. Sigue sin relacionarse explícitamente el éxito, en e-learning, con la materialización del aprendizaje, la mejora del desempeño y la consecución de resultados.

Díez esboza también, en el libro de Aedipe, un dibujo del panorama finisecular del e-learning en España: “El número de remangados que se hacían millonarios de la noche a la mañana era abrumador; el que más y el que menos tuvo que escuchar el discurso de algún principiante aficionado a la informática proponiendo con gran suficiencia un negocio fantástico de e-Learning, que pasaría de la nada, a ser la firma más importante de la formación –por supuesto, sólo on line–, en el plazo que marcaba su flamante plan estratégico a tres años…”. Como ya dijimos al principio, FYCSA ha conocido diferentes etapas de la formación servida por ordenador, desde los años 80.

Una invitación al análisis

Hasta aquí, los hechos. El interés del caso, si el lector conviene en ello, está en la abismal diferencia entre lo esperado y lo conseguido, a pesar de que el sector está en incuestionable crecimiento y de que el MBO resultaba muy ventajoso para la nueva FYCSA. También debía ser ventajoso para Alcatel, porque parecía librarse de la carga de unos 40 empleados, de los que quizá habría tenido que deshacerse mediante importantes indemnizaciones, como lo había estado haciendo con miles y miles de empleados y directivos del grupo. Si todo pintaba a favor, ¿cómo puede producirse un resultado tan frustrante para los nuevos directivos-propietarios, e incluso para los trabajadores?

A este respecto, nos ha parecido de interés reproducir los pensamientos hechos públicos por el consejero delegado. Son muchos los proveedores que intentan hacerse hueco en este prometedor sector, aunque no todos con el mismo ideario estratégico y táctico. ¿Evoluciona el ideario de FYCSA al fracasar en sus propósitos de crecimiento rápido? ¿Cabe, por el contrario, relacionar el propio fracaso con la estrategia de crecimiento? Nosotros no hemos encontrado declaraciones escritas similares –que relativizaran la contribución de los contenidos a un aprendizaje eficaz y autotélico– en ningún otro proveedor, aunque es cierto que las hemos encontrado en otro importante agente del sector: un prestigioso directivo de Telefónica de España. Esta coincidencia no debe ser casual porque, en efecto, FYCSA sigue siendo proveedor de formación de Telefónica de España, desde el principio.

¿Son tan arriesgadas como parece todas las operaciones de Management Buy Out? Creemos que hay varias preguntas que cabría hacerse, y quizá también hay diversas respuestas posibles. Naturalmente, hemos enviado esta síntesis a Alcatel y a FYCSA, y hemos incorporado todas las sugerencias recibidas. Nuestra petición de feedback ha alcanzado al Director Financiero de FYCSA, Francisco Roca, que, a pesar de participar muy directamente en el proceso narrado, no nos ha corregido ninguna cifra. Quedamos, desde luego, a la espera de relatar, muy próximamente, un final feliz de este MBO; pero mientras, cabe la reflexión, por si de ella se derivaran aleccionadoras conclusiones. Hay que pensar que muchos de los MBO´s constituyen un éxito, y que la formula está vigente.

Jose Enebral Fernandez

Consultor de Management y Recursos Humanos, el ingeniero madrileño José Enebral colabora desde hace años con diferentes medios impresos españoles y americanos (Capital Humano, Training & Development Digest, Nueva Empresa, Learning Review, Coaching Magazine...), e igualmente publica sus artículos en nuestro portal y en otros de la Red, como gurusonline.tv,...

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